Viéndolas venir

Auxiliadora

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Álvaro Romero @aromerobernal1
24 may 2021 / 18:32 h - Actualizado: 24 may 2021 / 18:37 h.
"Viéndolas venir"
  • El abrazo de Luna al inmigrante . EFE/REDUAN
    El abrazo de Luna al inmigrante . EFE/REDUAN

Desde niño, este adjetivo convertido en sustantivo me sonó al nombre propio de un colegio de mi pueblo al que llamaban, popularmente, El Mahoro. Nunca pregunté por qué. De aquel colegio me llamaron la atención sus altos eucaliptos, allí plantados como picas inaugurales del centro antes de que este empezara a funcionar... Me contaron que los plantó un maestro con sus primeros alumnos hace ya una eternidad, cuando desde el propio colegio se divisaban los reflejos iridiscentes del río a través de la marisma como un espejismo...

Auxiliadora, dicho así, también me evocó desde siempre la interjección que repetía mi madre como fórmula fingida de ayuda: «¡Auxilio, socorro!». Había que decir aquellas dos palabras, en ese orden o al contrario, en los incendios o si uno estaba en apuros en la piscina... Supongo que, si hubiera ido a algún centro de los Salesianos, como algunos chicos de mi pueblo, lo de Auxiliadora me sonaría más bien a Virgen simpática que acoge en sus brazos a niños coloreados en los libros de Religión. Ahora, tantos años después, me evoca a chicas como esa Luna de la Cruz Roja a la que han abucheado por abrazar a un negro desamparado al que han arrastrado las olas.

Me parece que auxiliadoras y auxiliadores hacen falta muchos, ahora más que nunca, que nos auxilien en todos los campos de la teoría y de la práctica, ahora que el fascismo sibilino, disimulado, hipócrita, camastrón, se introduce sin que lo notemos por las rendijas más vulnerables de nuestra sociedad, dando por naturales situaciones que son creadas, inducidas, construidas por quienes desearían un mundo polarizado entre el paraíso y el infierno que construyen el azar y el capitalismo.

Porque hay gente, mucha, incapaz de entender la injusticia profunda que supone que te nazcan a un lado o al otro de este mismo mundo es por lo que nos hace falta un auxilio de empatía en cada hogar. Y no más gente odiosa metiendo cizaña desde que sale el sol para todo el mundo.