Cada vez que el bailaor granadino Manuel Liñán se enfunda una bata de cola para actuar en un teatro aparecen los entendidos de nuevo cuño destacando la novedad del hecho, cuando eso ya se hacía en el siglo XIX. Igual que algunas bailarinas o bailaoras, como La Cuenca o Salud Rodríguez, La Hija del Ciego, se vestían de hombre. Por cierto, Trinidad la Cuenca no fue la primera bailarina en enfundarse una taleguilla masculina para bailar en cafés y teatros. Lo hicieron antes algunas boleras transgresoras. En el flamenco está casi todo inventado y me empieza a aburrir soberanamente lo del baile, cada día menos flamenco, pero aparece un bailaor vestido de bailaora y lo ponen en todos los informativos del país. Baila de escándalo Pepe Torres, el moronero, y no se entera ni Dios. Ahora el bailaor que quiera salir mucho en la tele debe tener cuidado con parecer demasiado masculino porque se ha vuelto a imponer el baile afeminado en los hombres. Es la tendencia y el bailaor ya no puede marcar paquete, como antaño. Si buscan el libro Arte y artistas flamencos, de Fernando el de Triana (Madrid, 1935), verán la cantidad de bailaores que aparecen marcando como los toreros. Entiendo que cuando el travesti malagueño José León La Escribana bailaba en el Café del Burrero, en el último tercio del XIX, los diarios de Sevilla, tan conservadores, se preguntaran qué era eso tan raro. ¿Pero en nuestros días? Un importante cantaor ya ausente del mundo de los vivos me confesó un día que más que cantar, lo que de verdad le hubiese gustado era ponerse una bata de cola y cantar como Juanita Reina. Ni lo intentó. Pero los artistas de ahora, sobre todo del baile, se pasan por el forro de sus caprichos los prejuicios sociales y hacen lo que les da la gana, en ocasiones ofendiendo a este arte andaluz, del que comen. Quizá no sean conscientes de la ofensa, porque hoy vale todo, pero es así. Si un bailaor es bueno, tiene arte y talento, puede bailar con bata de cola o vestido de lagarterana, que acabará triunfando. De hecho, Liñán es un excelente bailaor y coreógrafo, gustos al margen. Es Premio Nacional de Danza. Pues solo aparece en los informativos cuando se viste de flamenca, o lo hace con más bombo.