Bajo tu Amparo

Image
17 nov 2017 / 22:26 h - Actualizado: 17 nov 2017 / 22:26 h.
"Pareja de escoltas"

Sonaban los compases de Las Cigarreras por la antigua collación y todo era una armonía de notas y silencio. A la calidad musical de aquella formación, cada vez más sobresaliente, Sevilla supo poner el contrapunto sereno que, cuando quiere —y no son tantas veces—, saca a escena. Ni en los espacios amplios ni en las callejas se perdía esa conjunción entre quienes interpretaban las escogidas partituras y quienes acompañaban la procesión o formaban en sus filas. Cuando cada uno sabe a lo que va, no se necesitan mayores indicaciones para que las cosas funcionen como deben. Y a la entrada, con la iglesia repleta de fieles, se oía con perfecta nitidez la marcha procesional que sonaba en el exterior y las elegantes órdenes de su antiguo capataz, de esos que saben que la autoridad no consiste en chillar frente al respiradero. Allí todos daban por sentado que el único protagonismo correspondía a esa imagen que es capaz de concitar las devociones de sus feligreses y los ajenos. María, sobre una nube de luz perfecta, nimbada con brillos antiguos, prefiguración del trono de la eterna sabiduría, era la única que dictaba lo que convenía escuchar. Hasta el Niño, con sus rizos de oro como recién peinados, solo tiene ojos y oídos para su Madre que le enseña su corazón alado como un hermoso sonajero. Su dedo pequeño la señala y calla. Apenas al final, el canto y la alabanza corresponden a la voz del pueblo que la eleva, ahora sí, en busca de su Amparo.