Los medios y los días

Bancos de alimentos y bancos deudores con nosotros

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12 ene 2023 / 04:00 h - Actualizado: 12 ene 2023 / 04:00 h.
"Pobreza","Los medios y los días","Guerra en Ucrania"
  • Un banco de alimentos. / EFE
    Un banco de alimentos. / EFE

Casi 1.260.000 personas leyeron mi columna No daré nada a los “bancos de alimentos”. Me escribieron algunos lectores -pocos- poniéndome a parir y más que me pondrían en las redes, unas herramientas que no uso por falta de tiempo, antes que esos artilugios están mis alumnos que deben recibir buenas clases que debo preparar aunque, la verdad, la mayoría creo que no se las merecen porque hay bastantes alumnos que no deberían estar en la universidad sino en el mundo laboral como mano de obra barata. Me esperaba la reacción adversa de los lectores, por tanto, no me ha sorprendido, lo que no me esperaba es que tanto personal leyera el texto. No tiene nada de original, es lo que oigo decir a ciudadanos que, por supuesto, no se atreven a manifestarlo en público, para eso estamos los idiotas que recibimos las bofetadas y los elogios de esos señores y señoras que nos llaman valientes. ¿Valientes? No es placentero ir contracorriente, de ninguna manera, y menos placentero es tenerse que callar en una democracia para que siga una dinámica social de engaños mediante la caridad que es pan para hoy y hambre para mañana, algo que, llegados a una edad, origina la sospecha de que la naturaleza humana es comercial y extrae réditos de imagen hasta de la pobreza, la destrucción y la muerte.

Sigo viendo ese anuncio de Cruz Roja sobre Ucrania: Ucrania y sus países limítrofes sufren la guerra. Primero dijeron Ucrania, ya es Ucrania más otros países. ¿Rusia también? ¿Está Cruz Roja asistiendo a los rusos víctimas de nuestras sanciones, esos rusos que incluso puedan estar contra las decisiones de Vladimir Putin? Supongo que no, Putin no lo permitiría y Occidente le quitaría las subvenciones a los filántropos. Pero eso da igual, lo importante es que Cruz Roja desarrolla su labor sin pronunciarse sobre el fondo del conflicto, sólo le interesa que donemos dinero, afirma que está llevando a cabo una gran labor. Muy bien, pues me parece perfecto, menos da una piedra, pero que lo que haga su mano derecha no se entere la izquierda o al revés, ya no me acuerdo; que deje ya de pedir o que se pronuncie igual sobre las necesidades que están pasando millones de personas en todo el mundo debido a que EEUU no le ha ordenado a Zelenski que se siente a dialogar el fin del conflicto mientras el país yanqui hace el agosto con su gas, su petróleo y sus armas.

Derivado de este ambiente de caridad que se desarrolla en zonas bélicas tenemos el mundo de los bancos de alimentos en Navidad. Y el de los rezos para que termine el conflicto. Y el de la manipulación mediática descarada que une a El País con OKDiario y a Àngels Barceló con Federico Jiménez Losantos. Todos mantienen la sociedad caritativa y conectan con fuentes de información que les van a decir aquello que se les ordena que digan. Cuando por casualidad se cuela un entrevistado externo experto en el tema y afirma que si seguimos entregando armas la guerra se eternizará, algún tertuliano mercenario salta sobre el cuello del entrevistado cuando acaba la entrevista, claro, no en el cuerpo a cuerpo.

De lo que no veo que hablen tanto es de los otros bancos, de los de siempre, los que invierten en armas, en buscar petróleo por ahí sin respetar el medio ambiente, los que han recibido del Estado español 60.000 millones de euros cuando la crisis de 2008 y no han devuelto ni la mitad. Esos bancos que, como el gobierno les ha cascado un macro-impuesto, ahora ellos, en venganza, se niegan a comprar deuda. Oigan, ese dinero que se lleva el Estado de entidades bancarias -a devolver- es para la gente vulnerable también. Los bancos de toda la vida no hacen más que declarar beneficios y sin embargo amenazan con no comprar deuda y a partir de este mes están subiendo las hipotecas a lo bestia y más que las van a subir. Parece que lo hacen con toda frialdad, al tiempo que participan en el negocio de la guerra. Carecen de conciencia y mientras haya en el mundo gente así mi limosna a Cruz Roja, Cáritas o Save the Children es papel mojado. Me meto mis sentimientos y mis lágrimas donde me quepan pero no estoy dispuesto a ser el tonto útil de tanto corrupto e inmoral. Nos deben un huevo de dinero a todos y encima chulean al Estado que, a su vez, prolonga las guerras, gasta mucho dinero en futilidades y estimula la sociedad de la caridad, la vagancia y la indolencia.