Ya que ponemos banderas de España y de Andalucía que estén nuevas y limpias, que la mayoría de las que veo se parecen a las del Álamo cuando lo tomaron los mexicanos en la única victoria de postín que han consumado los colegas del presidente López Obrador –y no le ha pedido perdón a Estados Unidos por la matanza-, eso al margen de la revolución de Villa y Zapata que les falló por falta de malicia y cultura de los dos caudillos.
Da penita ver esas banderas desteñidas y hechas jirones por esas rotondas y otros lugares públicos y particulares, como balcones y azoteas. Hay que tomar ejemplo de los negocios privados con banderas, ahí sí que suelen estar limpias, ¿han visto ustedes las del colegio Europa, en Espartinas, Aljarafe sevillano? Se llama colegio Europa pero su vista exterior parece la Casa Blanca y además, para hacer negocio, jode año tras año a los conductores que pasan por allí en las horas de entrada y salida de los alumnos pero no veas lo bonitas que están las banderas de todos los países. Se nota que el dinero representa más a la patria de los humanos que unos tejidos de colores.
¿Y la bandera gay? ¿Y las de los equipos de fútbol? Lustrosas, ¿verdad? Pues los banderones de España y Andalucía, una pena, y esto ya no es como en las películas que en plena batalla cuando matan al que lleva el estandarte llega otro con dos cojones y lo agarra aunque estén hechos unos trapos él y la enseña. Ahora estamos cansados y en lugar de tomar la bandera y seguir para delante le hacemos una foto y la colgamos en Internet que es más cómodo.
A fin de cuentas, bien pensado, ¿qué es una bandera? Pues un símbolo por el que se divide y muere la gente, en teoría, la especie humana debe ser la especie animal más inferior del planeta para hacer lo que hace pero así están las cosas y si los gringos yanquis nos meten su bandera hasta en la sopa cuando vamos al cine o vemos la tele y los franceses e ingleses se cuadran ante la suya, no sé por qué nosotros tenemos que ser más idiotas que nadie y tener 17 banderas, ninguna de las cuales se identifica con la península ibérica. A mí no me gusta ninguna bandera pero, como estamos en lo que estamos, prefiero que sigan las 17 y sin embargo, por pragmatismo, elijamos como prioritaria a la que ya tenemos. Eso sí, que esté limpita y entera y no tan chuchurría como suele verse, la pobre, símbolo de un país chuchurrío que se lleva todo el día hablando de un tal Errejón, RNE está promocionando sus pasos al milímetro, se nota que debe haber recibido consigna: a Errejón buen trato para que le quite votos y coleta al “Coleta” y luego pacte con Sánchez el nuevo gobierno “de progreso”.
Cualquiera le dice al separatismo que el merchandising aconseja simplificar el discurso banderil si para ellos su bandera es como la Macarena para muchos sevillanos. Miren, que cuando en 1978 se votó la constitución, millones de españoles nos tapamos la nariz y dijimos sí a esa bandera, en la vida no se hace lo que se quiere sino lo que se debe. Un paso atrás, dos adelante. España ya no es España, es el mundo, y al mundo lo que le gusta es un país que sepa adónde va, sea con ésta o con otra bandera y ahora ésta es la que hay y creo que debemos sumar, no restar, aunque vea a menudo a la rojigualda para meterla en la Unidad de Cuidados Intensivos.