Basurita

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25 jul 2015 / 17:59 h - Actualizado: 25 jul 2015 / 18:00 h.
"La segunda vez","Artur Mas"

Este año he observado más basura en la arena de las playas del Puerto. Más colillas, más cáscaras de fruta, más botellas, latas, botellines, más pipas y Mas. Artur Mas. En efecto, la cara del presidente de la Generalidad también se multiplica entre los restos de comida, bolsas de plástico, palas, rastrillos, cubos olvidados, al protagonizar varias de las portadas de diversos diarios estivales que, en vez de terminar en el contenedor gentilmente proporcionado por el Consistorio, acaban arrastrados por la marea, ensuciando el litoral.

El paro, la deuda, la corrupción, la estrepitosa caída de Cataluña en términos de PIB e inversión, no parecen prioritarios a los encuadrados ojos del president. La necedad es contagiosa. En la política catalana, una plaga. Nada extrañan las arbitrarias, chocantes, absurdas o fútiles decisiones del Ayuntamiento barcelonés a la siniestra y estrambótica luz del dirigente que gobierna la Comunidad. Si Ada Colau valdría perfectamente como destacada líder de CIU, ERC, la CUP o como se diga, el señor Mas bien podría ser un exokupa con ínfulas. A juzgar por lo muy deficientemente que le sientan los trajes, incluso harto verosímil.

El 27 de septiembre de los corrientes, como redactaría el propio Mas, haciendo gala de su condición de subalterno del alocado soberanismo rampante, se prevén unas elecciones dirigidas a romper con el resto de España.

Entre tanto, quién aprobó registros, pudiendo haber sido un magistral eterno opositor a notarias, observa, pero no actúa, ni ejecuta su mandato constitucional...

«Hay que conseguir una mayoría suficiente e incontestable, para que las elecciones puedan ser leídas en clave plebiscitaria también desde otros países». Afirmación cursi, pronunciada por una tal Neus Monté, a la sazón vicepresidenta de aquella región de España. A juzgar por lo de“leer en clave de, mucho me temo que esta señora acaba de sorprenderse al descubrir que Vargas Llosa es un consumado escritor, y no un maduro latin lover de tómbola, la isla de los horteras, o el programa de famoseo, desnudeo de moda, donde lo buscaba, sin suerte, con bizarro esfuerzo.

Mientras La Preysler ha puesto en el mapa mental de la señora Monté y del españolito corriente a don Mario Vargas Llosa, el Arturo quiere sacar del mapa de la Nación a uno de los territorios sin el cual nuestra historia, no podría llamarse Historia de España.

Paseo por la playa... Una raspa de plátano, otra de sandía, una pala olvidada, una bolsa de plástico, una hoja de periódico con la fotografía del ejecutivo catalán, otra con un primer plano de Mas; basura, mucha basura por nuestra costa...