Los medios y los días

¿Biden es católico o abortista?

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08 sep 2021 / 04:59 h - Actualizado: 07 sep 2021 / 14:02 h.
"Los medios y los días"
  • ¿Biden es católico o abortista?

Trump es presbiteriano y Biden católico, el primero estaba contra el aborto cuando gobernaba, el segundo permite el aborto, no sé personalmente cuál será su postura pero el caso es que promulga leyes a favor del aborto y se enfrenta con aquellos estados que no prohíben el aborto sino que establecen leyes más restrictivas. ¿Quién domina en la mente de Biden, el católico o el presidente? ¿Por qué no lo excomulga el papa Francisco? Es que colocan ante los ojos de los católicos a un personaje nada menos que presidente de un país al que nos presentan como modelo de democracia y él mismo es la representación de la contradicción, de la incoherencia, como lo son todas las autoridades eclesiásticas que le permiten ese comportamiento de saltarse a la torera lo de dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Si el que llaman hombre más poderoso del mundo ofrece ese ejemplo, ¿qué se le puede pedir a un niño o a un joven cuando procedemos a intentar educarlo? No digo ya en lo religioso y en lo moral sino en lo ético, esa asignatura tan marginada por la exministra Celaá.

Ay, ay, qué sufrido es el papel, qué fácil la palabra, luego llega Paco con la rebaja y nos enseña la realidad de la realidad: o te sumas a los deseos de la masa o te vas a casa y dejas la poltrona. A una persona se la mide por su coherencia, me da igual que en este caso de Biden la propaganda oficial progresista lo tenga por el bueno de la película y a Trump por el malo, Biden es un hipócrita que se traiciona a sí mismo y a su religión y Trump el representante de algo que está ahí, que es también parte del mismo sistema que Biden defiende pero es algo que se mueve y que no es exactamente fascismo como dicen muchos para no tener que romperse la cabeza. Es una rebelión contra algunas de las barbaridades que hemos inventado los seres civilizados. No digo que estemos ante la panacea de nuestros problemas, sólo que hay que seguir atentamente ese movimiento dentro del mismo sistema cuando no existe el peligro comunista que fue uno de los factores esenciales creadores del fascismo y del nazismo.

¿Quién narices les ha dicho a los que se llaman progresistas que el aborto es progresista? La obligación de un progresista es que las leyes del aborto se conviertan en un adorno y que nadie tenga que usarlas, no estoy hablando de eliminarlas sino de colocar todas las condiciones posibles para que no llegue a formarse esa unión de dos células que ya son un ser humano en potencia. ¿Quién les dijo a los comunistas soviéticos que el mejor tratamiento anticonceptivo era abortar a lo bestia? El comunismo no es muerte, es vida, creación de las condiciones para la vida. El cuerpo de una mujer no es sólo de ella sino de toda la sociedad, o se es comunista o no se es, el aborto queda como una salida in extremis, como la excepción, no la norma.

El catolicismo ha dictado unas normas que, desde su perspectiva, también defienden la vida. Ya sé que es muy cómodo escribir sobre estas cosas desde la comodidad de mi estudio, yo no escribo a favor o en contra del aborto, escribo a favor de la coherencia y en contra de la hipocresía, escribo a favor de ver la realidad en lugar del deseo, si un presidente católico permite el aborto de esa manera y un papa lo tolera que lo argumenten y que lo acepten o no, ya está bien de fariseísmo, de predicar una cosa y luego practicar otra. Lo fácil es apuntarse a un aborto libre y generalizado, lo difícil es legislar sobre la existencia del aborto -no estoy contra eso- pero crear las condiciones para que no se utilicen apenas esas leyes en lugar de que esa legislación que sirve para eliminar seres humanos te regale un traje de progresista, eso no es un progresista, es simplemente un indolente, un listo, un acomodado, un snob que renuncia a la transformación esencial de la sociedad y encima lo aplaudimos. Esos progresistas son los que más daño le hacen al auténtico progresismo, los eruditos a la violeta, los revolucionarios de salón, las leyes del aborto que implantan son la coartada y la tapadera que les evita afrontar una revolución social basada en la ética y en la coherencia.