En España tenemos por héroes a una serie de personas que, por ejemplo, lucharon contra el ejército Francés cuando invadieron España. Hemos tenido por héroes a personas que durante la guerra civil española defendieron no sé qué cosas (en un bando y en otro). Incluso tenemos por héroes a los que llegaron al continente americano después de Colón. Seguramente, los franceses no piensen lo mismo que nosotros. No es necesario decir nada sobre esos supuestos héroes de la guerra civil (preguntando a unos o a otros las cosas serían muy distintas). Y no me quiero imaginar lo que piensan en sudamérica de nuestros soldados o de Pizarro. El héroe lo es dependiendo del punto de vista desde el que se observe la cosa. No me cabe duda de que muchos de los que siguieron a esos supuestos héroes tenían unos ideales magníficos para hacerlo. No todos los que guerrean son salvajes asesinos. Pero el resultado es el que es y todos nos llamamos Pilatos cuando alguien pide explicaciones.
Me pregunto hasta qué punto puede llegar un individuo que ve cómo invaden su país, cómo matan a su familia o cómo condenan a la pobreza a su pueblo. Y me pregunto hasta dónde llegaría yo mismo. Me lo pregunto con toda la sensatez que me es posible y siempre acabo en lugares llenos de violencia.
Por eso no me extrañan algunas cosas. Me parece normal que Bin Laden fuera llorado por sus seguidores. Para ellos es un héroe. (Para evitar malos entendidos, diré que este tipo me pareció odioso desde el principio y no justificaría lo que hizo u ordenó hacer bajo ningún concepto). Me parece normal que en occidente se aplauda la muerte de este hombre (lo de las celebraciones me pareció algo excesivo). A estas alturas, casi todo me parece normal porque el mundo que estamos fabricando entre todos (todos sin excepción) es un auténtico desastre. Con esto no quiero decir que me parezca bien lanzar aviones contra edificios o invadir un país porque me salga del Putin. Es lamentable y muy dañino para el mundo. Pero tampoco me lo parece lo del otro lado. Eso de montar una guerra terrible diciendo que en un país hay armas de destrucción masiva (siendo mentira) me llena de asco, también. Si mis cuatro hijos estuvieran pasando calamidades durante años, tal vez, tuviera una ametralladora en la mano.
Todo lo que sucede es el resultado de un mundo injusto, enloquecido, arrasado por el poder del dinero y el fanatismo religioso (en occidente lo somos también). Y no queremos ver que no se trata de eliminar a las personas sino los problemas. Porque mañana otro señor se esconderá y guiará a los suyos contra la otra parte del mundo. Y serán los que están en el otro lado los que celebrarán que un loco haga explotar un cinturón explosivo.
Deberíamos reflexionar mucho más sobre esto. Y no hacer tanta fiesta por la muerte de uno o de mil. Es una vergüenza.