La vida del revés

Cayetana Álvarez de Toledo a punto de dar la mano a Abascal

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19 oct 2020 / 09:05 h - Actualizado: 19 oct 2020 / 09:08 h.
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  • Cayetana Álvarez de Toledo. / EFE
    Cayetana Álvarez de Toledo. / EFE

Es posible que Cayetana Álvarez de Toledo represente esa forma de hacer política, esa forma de tratar a los adversarios políticos y esa violencia en el lenguaje político, que tanto gusta a los votantes del PP que han escapado hasta los territorios de Vox. Es decir, los fugados del PP podrían regresar si el PP de Casado renunciase a lo que es ahora y se tiñese del radicalismo y la prepotencia y la altanería de la señora Álvarez de Toledo. Y por eso cada movimiento de Casado en contra de la que fue su portavoz en el Congreso de los Diputados se convierte en una excusa para muchos que se cambian la chaqueta de la moderación por la de un extremismo que ya no se esconde.

El PP de Casado está en manos de un político sin experiencia, sin ideas y sin demasiados recursos para aparentar lo que posiblemente nunca llegue a ser. A diferencia de Pedro Sánchez, Casado todavía no ha aprendido que los escrúpulos son cosa de políticos blandengues y que en España se necesitan unas tragaderas del tamaño del Estadio Sánchez Pizjuán para poder ejercer la política. Si no espabila, Casado volverá a cosechar los peores resultados de la historia en las próximas elecciones. Y ya no hay apenas margen. Se juega que el PP pueda seguir adelante.

Por el contrario, Vox va arañando votos allí y acá. Si Pablo Iglesias abre la boca y arremete contra ellos, los votantes de Vox son más. A Iglesias le sucede como a Rajoy con los independentistas catalanes. Si lanzan piedras en Barcelona a un grupo de políticos de Vox, las encuestas mejoran para el partido de Abascal. Y el día que Cayetana Álvarez de Toledo se arrime a Santiago Abascal despegarán definitivamente. Ni C’s ni PP pueden contener un movimiento en el electorado de este país que responde al miedo y a la frustración. Mucho cuidado porque hace unos meses nadie podía imaginar un Vox con tanta representación parlamentaria. Y nadie podía imaginar que tendría tanto poder al pactar con el PP en Comunidades Autónomas tan importantes como Madrid, Andalucía o Murcia.

Llega la moción de censura en la que Pablo Casado tendrá que elegir entre la abstención y el no. La abstención retrataría su posición miedosa ante Vox. El no le separaría de Abascal y le colocaría en el territorio de C’s, es decir, en el fracaso irremediable y en la irrelevancia política. Solo le queda un giro inesperado que nadie acierta a intuir. Seguramente, no existe ni existirá.

Cayetana Álvarez de Toledo se va a salir con la suya y terminará pasando por encima de Casado agarrada de la mano de Abascal. Lo único que falta es que Iglesias diga un par de cositas más.