Cayetana es una macarra arrepentida. Iglesias un macarra a secas

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27 may 2020 / 19:23 h - Actualizado: 27 may 2020 / 20:06 h.
"Opinión","Política"
  • Cayetana Álvarez de Toledo. / EFE
    Cayetana Álvarez de Toledo. / EFE

Vergüenza es lo único que se puede sentir.

En España se amontonan los muertos sin que podamos saber cuántos son en realidad. La torpeza aritmética de este Gobierno es monumental. O quieren ocultar los datos reales. Ya habrá tiempo para saberlo. En cualquier caso, el Gobierno ha mentido a los españoles tantas veces que ya parece que es lo normal, que es lo que un Gobierno debe hacer con los ciudadanos. Mentir. Por supuesto, no lo es. Todo lo contrario.

Somos uno de los países que peores datos arrastra de esta pandemia porque la gestión ha sido nefasta. Cualquier Gobierno ha podido cometer errores porque la Covid-19 ha llegado sin apenas tiempo para tomar decisiones acertadas. El Gobierno de España ha cometido todos los errores posibles. No se ha dejado atrás ni uno solo. Si lo hubieran querido hacer con intención no les hubiera salido igual de bien. Es tan difícil como no acertar ni un resultado en las quinielas de fútbol.

La polarización social es brutal y ya asusta. Están colocando a unos en una esquina; a los otros en la contraria; y solo falta que suene en gong con el que comienza el primer asalto.

La crisis económica que llega asusta más todavía. Creo que no sabemos bien qué no viene encima.

Y en el Congreso de los Diputados los políticos siguen a lo suyo. Peleas, falta de rigor, falta de profesionalidad, compromiso cercano a cero, arrogancia, muy escasa autocrítica.

Hoy, el enfrentamiento entre Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo Iglesias es uno de los bochornos más apabullantes de la historia de la democracia. Dos pandilleros de barrio se respetan más que ellos. Cayetana haciendo de macarra arrepentida (lo es aunque lo esconde tras un título nobiliario). Iglesias de macarra sin arrepentir.

La portavoz del PP ha llamado «impostor» al vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030 del Gobierno de España (lo es, gustará más o menos, pero lo es porque los españoles votaron y ese fue el resultado; lo es y merece un respeto porque representa a miles de personas; y aunque él sea un macarra no conviene bajar a la arena) le ha llamado «impostor», decía, por defender a los miembros y simpatizantes de Bildu, cargar contra la Justicia y dar la cara apoyando el indulto a los condenados por sedición; ha hablado de «la inferioridad moral» de Iglesias que tiene «intimidad con el inframundo de ETA» y demuestra una «insólita complacencia con la violencia». Le ha escupido que «se ha convertido en el burro de Troya de la democracia, en el embajador de los etarras». Y, además de perlas de tamaños diversos le ha dejado una última que es para desmayarse: «Usted es el hijo de un terrorista, a esa aristocracia pertenece usted, a la del crimen político». (La presidenta de la Cámara, Meritxell Batet ha pedido que se retire del acta esa acusación y Álvarez de Toledo ha preguntado con sorpresa que «¿Por qué?» Debe ser que le parecía lo más de lo más en política de altura).

Iglesias ha dicho a la portavoz del PP que «es mucho más digno ser burro de Troya que marqués» y no se ha quedado atrás repartiendo estopa. Incluso insiste en hablar de su patriotismo. Iglesias es lo peor que le ha pasado a la política de este país en los últimos cuarenta años.

Lo voy a dejar aquí porque me causa enorme tristeza saber que esto es lo que tenemos. Y, mientras, los españoles muriendo a miles sin que nadie pueda hacer nada para remediar el desastre. Lo voy a dejar aquí porque como demócrata que soy esto me hace sufrir y temer que cualquier día se va a desencadenar un conflicto grave que enfrentará a esas dos Españas que tanto alimentan estos políticos majaderos. Lo voy a dejar aquí porque estoy fatigado. Qué vergüenza de políticos y que pena de país.