Desvariando

Chema Blanco llora con Rocío Márquez

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
27 ago 2022 / 06:46 h - Actualizado: 26 ago 2022 / 07:48 h.
"Desvariando"
  • Chema Blanco llora con Rocío Márquez

Estoy haciendo un gran esfuerzo por llevarme bien con el actual director de la Bienal, pero me lo está poniendo tela de difícil. Lo último que me ha sacado de mis casillas, anoche mismo, es que llora con Rocío Márquez. Quiso presentar su último disco en esta Bienal, Tercer cielo, pero la cantante aflamencada de Huelva decidió no venir con ese disco porque no se ha atrevido a enfrentarse a la crítica “salvaje”, que así es como la califica don Chema, de bárbara. O sea, que la Márquez es más lista de lo que pensaba, porque si llega a venir con esa cosa a la catedral del cante la habrían corrido cubo de agua en mano por la Alameda de Hércules.

No sabía que Chema Blanco era tan sensible. Lo demuestra que quisiera cerrar el festival sevillano con Rosalía, que le flipa. Se debate entre la catalana y el Niño de Elche, que manda huevos. Pero que llore escuchando a Rocío Márquez, la nueva Chelito, es algo enternecedor. En serio, me produce cierta ternura saber que se emociona con el cante aflamencado de la onubense. También lloro con ella, pero por razones distintas a las suyas. Es importante que el director de la Bienal sea sensible a la música, lo que no cuadra con que no lo sea con la crítica flamenca, que no le gusta. Pero a pesar de que nos llame salvajes y nos acuse de defender nuestros intereses –si lo vuelve a decir tendrá que decir cuáles son esos intereses, sobre todo en mi caso–, le deseo que triunfe.

No que esté tres ediciones, porque eso sería como si Sánchez ganara las elecciones y estuviera otra legislatura más. Chema Blanco le ha pedido tres ediciones al alcalde de Sevilla para “culminar mi obra”. No creo que acabe esta edición, sinceramente. No tiene pinta de aguantar mucho. El próximo año hay elecciones municipales y si la Bienal es un pestiño, Antonio Muñoz se la juega. Lo bueno de la Bienal es que la salvan siempre los artistas, los grandes artistas, como ha quedado claro desde aquella primera edición de la primavera de 1980. Esta edición la salvará el Niño de Elche, que vendrá, porque así se lo ha pedido el director, para repasar su obra flamenca. Tenía dos opciones: resucitar a Chacón o traer al genio de Elche, que si no ha reparado en ello, es físicamente clavado al maestro jerezano de San Miguel. Tienen la misma calva, que menos da una piedra.