La Tostá

Cinco años sin José Menese

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
29 jul 2021 / 07:54 h - Actualizado: 29 jul 2021 / 07:56 h.
"Flamenco","La Tostá"
  • José Menese. / Eduardo Abad - EFE
    José Menese. / Eduardo Abad - EFE

Mi relación con el gran cantaor de La Puebla de Cazalla fue de luces y sombras, pero en el fondo hubo siempre respeto y cariño. Ejerzo de menesista hasta la médula, lo confieso una vez más porque soy un hombre libre que no cree mucho en la objetividad del crítico. Cómo ser objetivo en un arte que te conmueve y que te zamarrea las entretelas del alma. Soy un menesista que no tuvo nunca reparo en cantarle las cuarenta al maestro cuando se columpiaba, sin ser un cantaor de bamberas. Me soltaba la fresca y al día siguiente me llamaba por teléfono para disculparse. Así era el morisco. Le dolía que no fuera un partidario suyo sin fisuras, como lo eran otros. También que me gustaran los cantaores gachés: Chacón, Marchena o Morente. Y nunca encajó que escribiera la biografía de su paisano Manuel Genera. “¡Por Dios, Manolito, que va a ser tu ruina!”, llegó a decirme. Tenía mucho arte y lo quise como cosita propia, como dice la seguiriya. Porque tenía buen fondo y debajo de esa soberbia suya y su desbocada pasión se escondía un Menese generoso, cariñoso y tierno. Terco como una mula, pero puro. Reconocía cuando se equivocaba. “Tienes que perdonarme, Manué, y sabes lo que me ha costado rebajarme”. Me gustaba tanto su cante, me llegaba tan hondo y me enseñó siempre tanto, que nunca fui capaz de mandarlo a freír espárragos. Bueno, sí, una mañana me dijo en Sevilla, cerca de la Cruzcampo, que un taranto de Camarón valía más que toda la obra de Chacón y lo mandé a paseo. “¿Dónde vas tú con el chaconismo?”, me preguntó algo furibundo. Hoy hace cinco años que murió y tengo que reconocer que lo echo tanto de menos que a veces duele tanta nostalgia del ídolo y el entrañable amigo. Iba a un festival y solo me bastaba con verlo andar pisando el romero del de su pueblo. Creo que desde que murió no he vuelto a ir a la Reunión de Cante Jondo, porque murió con él, como murió el festival de Mairena cuando falleció el gran maestro gitano o el Gazpacho de Morón cuando se fue Diego del Gastor. La Reunión era Menese y él era la Reunión. Digamos que Francisco Moreno Galván era el Jefe del Estado y Menese el primer ministro de la República. Voy a la Reunión, no veo a Menese y pillaría una depresión. Hoy tocará repaso a su inmensa obra y echar algunas lagrimitias. Sin Menese, el cante es menos jondo y mucho menos comprometido.