¡Da alegría levantarse estos días y descubrir que ya ha amanecido! El dormitorio aparece inundado de luz y eso es un aliciente: te carga las pilas, te llena de energía, te pone contento, te da como una estupenda predisposición para empezar la jornada... ¡Sí, me encanta la claridad! (tanto en los días como en las personas).
Esta especie de "tsunami lumínico" es el anuncio evidente de que la primavera está cercana... Los días son más largos, oscurece más tarde y amanece antes. Siempre he sido más de amaneceres tempranos que de contemplar el atardecer, ¡ojo! que también tiene su encanto, pero, no sé, supongo que me apasionan los comienzos y no tanto los finales, prefiero la energía de la primera hora que el relax que suele acompañar a las últimas, mi ánimo es más fan de la claridad que de la oscuridad... Ahora diré algo evidente: cuando hay claridad, vemos mejor. Obvio, todos estaremos de acuerdo en esto pero, en no pocas ocasiones, nuestras acciones nos contradicen porque si es cierto que con abundancia de luz se ven y se hacen mejor las cosas, ¿porqué tantas veces nos empeñamos en "tapar" los errores o directamente, no somos claros? tomar ese tipo de decisiones es como vivir en un dormitorio con un amplio ventanal y tapiarlo deliberadamente para que no entre la claridad, un absurdo total...
Con la goma a mano...
¿Por qué crees que no somos claros si todos estamos de acuerdo en que es lo mejor? Yo creo que es porque nos cuesta admitir que cometemos errores e intentamos "taparlos". Hay mucha gente que vive con una especie de "goma existencial" en la mano y la usa cada dos por tres porque se arrepienten de esto o de aquello e intentan "borrar" esas líneas de su existencia para que el papel y su historia, en definitiva, se vean "limpitos"... Eso es, como mucho, un sucedáneo de claridad, pero no es la claridad real. La vida es más manuscrita que mecanografiada, y como escritora, bien sé que en los manuscritos hay más de un tachón ( y de dos y de tres...). Entonces, ¿esto quiere decir que no tenemos derecho a rectificar? no, por supuesto que todos tenemos derecho a rectificar, pero no tapando el error sino admitiéndolo y creciendo desde él, en esa admisión radica la claridad...
Un murmullo muy efectivo
Decía Confucio que "una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque ésta sea un simple murmullo" ¡que sabio era este hombre! Y es que no importa que tengas delante una enorme puerta de madera maciza que, por más imponente que sea, si tiene mirilla, siempre podrás ver quien está al otro lado... ¡Fíjate tú el tamaño que tiene una mirilla comparado con el de la puerta! y, sin embargo, te aporta una buena dósis de claridad a la hora de decidir si dejas pasar o no a quien está al otro lado. Todos tenemos nuestra mirilla vital que es como ese efectivo murmullo de voz clara que puede con la fuerte...
¡Ay, CLA-RI-DAD! ¿lo has descubierto ya? porque la CLAve de la RIqueza es la autenticiDAD...