Desde la espadaña

Clemencia para Sevilla Sr. Ministro

El abuso que se comete con esta provincia alcanza cotas de delito. El sí quiero a los túneles vascos bajo el río es la muestra decadente del nulo respeto que nos tienen en Madrid.

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12 ene 2021 / 04:42 h - Actualizado: 11 ene 2021 / 22:45 h.
"Desde la espadaña"
  • Clemencia para Sevilla Sr. Ministro

Queda claro que Sevilla no se encuentra entre los amores de Madrid. Aquel regalo que nos hizo España en 1992 sigue siendo una plomada bastante grande para esta ciudad y cada vez nos cuesta más salir del fondo rocoso. Porque las concesiones económicas llevadas a cabo por el gobierno socialcomunista para realizar proyectos de carreteras con túneles bajo un río (¿Por qué será que me suenan estos proyectos?) en comunidades autónomas como la vasca, me lleva a la conclusión de que aquí, aunque toda la provincia de Sevilla se pusiera de rodillas pidiendo clemencia al Ministro de Fomento, nada se conseguiría y tomaríamos conciencia de que nos han vacilado por enésima vez. Pero ¿qué puñetas tiene Sevilla que se le ningunea de esta forma? En este gesto de clemencia se deberían poner al frente todos los alcaldes de la provincia sevillana incluido un presidente de la Diputación de Sevilla, portavoz por Ley de todos los pueblos de la provincia. Terminar la SE 40 es tan básico para Sevilla como el desarrollo que tuvo (salvando las distancias) en 1929 y 1992. Y es su capital quien debería liderar y llenar de argumentos el ninguneo y el cachondeo que tiene lugar sobre esta provincia pues mientras la SE 40 no finalice seguiremos siendo sumidero de una circulación caótica.

Porque ya la cuestión no es meternos en el túnel; que no, que no. La cuestión es cómo de fácil se nos maltrata desde el gobierno central y aquí no hay un alcalde sevillano ni un presidente de la Diputación que ponga un pero; y les repito que no. Aquí nos tiran piedras y nadie pone los brazos en jarra para decir basta. Y desde luego que la concesión vasca para realizar un proyecto por el que Sevilla lleva soñando más de 20 años es realmente para no sólo colocar los brazos en jarra sino para subir al Giraldillo y colocar su dedo corazón tan tieso y duro como la cara de algunos políticos y mirando siempre a Madrid. Acabamos realmente siendo moneda no sólo de cambio sino, además, devaluada. Ya me gustaría ver al alcalde de Sevilla y de la Diputación cogiendo un AVE a Madrid y pedir explicaciones, pero me temo que al final cogerán sus caballetes para pintar -sólo pintar- sus proyectos de ciudad y de provincia. Ya ven como se tiene aquí el sistema circulatorio de la masa encefálica: gigante, pero, a la vez, plano. Maldita dulzura con la que siempre hemos tratado a todos estos hechiceros, alcahuetes y embusteros que han puesto un pie en Sevilla.

Pero lo más importante en esta ciudad es que guardamos luto desde hace muchos años por la ausencia de alguien individual, asociación o plataforma que diga que hasta aquí hemos llegado. Porque mientras que la minería del norte español fue capaz de recorrer a pie desde Asturias a Madrid para reivindicar los pozos mineros de la zona, aquí nos contentamos porque van a limpiar con Mistol concentrado los tirantes del puente del 5ª Centenario y, quizás, si el tiempo lo permite y el gobierno socialcomunista lo estima, puede hasta que le echen algo de 3 en 1 para volverlos a engrasar.

Esta es la ciudad de la carta eterna a los Reyes Magos. Una ciudad que se ha hecho y crecido con mucha vocación desde hace siglos, pero en unos tiempos en que la comunicación hace que todas las tropelías se conozcan al minuto, en vez de poner pie en pared todo se asume porque, y es lo fundamental, los que de verdad deberían pelear nos han dicho que ningún sevillano sea osado en blasfemar, jurar o echar votos por vidas y maldiciones contra el gobierno de Madrid porque un aciago destino se cernirá sobre la ciudad. Y ya ven cuanto habremos osado cuando en primavera el presidente de la Diputación quería regalar el superávit de los ayuntamientos a Sánchez- copresidente español- (de aurora boreal los argumentos metafísicos del alcalde sevillano para justificar la barbaridad), luego nos dieron unos cuantos tirantes para el puente mientras echaban abajo un proyecto de túnel bajo el Guadalquivir que estaba en marcha y ahora, ahí lo lleva usted, le dicen por todo el careto que los vascos harán el mismo proyecto que nosotros y, además, dándoles un empujón monetario de más del 100%. Así estamos señores, sólo nos queda pedir clemencia si no queremos seguir viendo a esta provincia y a su capital (principal perjudicada) maltrecha, destruida y recogida en el suelo mientras esa turba asaltadora del gobierno de España nos envía de vez en cuando algunas flores, aunque luego sean realmente unas envenenadas coronas de flores.

-Papá. Cuéntame otra historia del gobierno socialcomunista en Sevilla-

¿Te parece poco que nos traten como parias? Al final, hijo mío, será cierta la frase de Susana Díaz hace poco a un exdirectivo de Canal Sur “prepárate que vamos a por ti”. Sólo que la frase sirve para el evangelio socialista con esta tierra. Es el segundo mandamiento con esta provincia. El primero ya lo dijo Alfonso Guerra en 1991 “El que se mueva no sale en la foto”. Y esto parece que lo hacen a rajatabla los que deben decir en Madrid que hasta aquí hemos llegado. Clemencia y respeto a Sevilla, aunque sea de rodillas y que nunca nos de vergüenza.