Pasa la vida

Cómo evitar la ola de molestas llamadas para venderte la burra

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
27 jun 2021 / 11:40 h - Actualizado: 27 jun 2021 / 11:45 h.
"Pasa la vida"
  • Cómo evitar la ola de molestas llamadas para venderte la burra

Te lo digo al calor del verano pero te vale para las cuatro estaciones del año. Apúntate a la Lista Robinson y dejarás de recibir tropecientas llamadas o mensajes en tu teléfono móvil por parte de empresas a las que no has dado consentimiento expreso para ofrecerte por enésima vez que cambies de operador de telefonía, o de distribuidora de suministro de energía en el hogar, o promociones de ese cariz. Entra en la web de la Agencia Española de Protección de Datos, www.aepd.es, busca la sección 'Áreas de actuación', después pulsa en 'Publicidad no deseada' e incluye tus datos en el fichero de exclusión publicitaria, y decide si quieres generalizar la restricción a todos los cauces posibles o si lo acotas al teléfono, al correo postal, al correo electrónico o a los mensajes SMS. Ya son un millón y medio los 'robinsones' españoles que se han inscrito para no verse sometidos a ese pim pam pum de campañas ante las que de nada vale decirle a la inocente teleoperadora que ya has manifestado hasta la saciedad tu desinterés hacia lo que te proponen.

No me gusta el nombre del parapeto, pero más vale privacidad en mano que infoxicación volando. A este procedimiento, extendido internacionalmente, se le bautizó Lista Robinson evocando a Robinson Crusoe, el paradigmático náufrago en una isla que parece deshabitada, ideado por el escritor inglés Daniel Defoe en su formidable novela. En tanto que consumidores, la mayoría de los ciudadanos no queremos vivir aislados y desconectados respecto de las novedades publicitarias. La publicidad seria y de calidad cumple una función valiosa de comunicación para descubrir, para comparar, para sopesar posibles oportunidades y ventajas. Lo que toca es reconvertir las agresivas estrategias de telemarketing en las que se utilizan procedimientos robotizados para activar la llamada simultánea a miles de números de teléfono, y el reintento con sucesivas llamadas, en pos de lograr que en un determinado porcentaje de casos los potenciales clientes le den al icono verde de su móvil y pregunten quién les llama.

Para que los artífices de esas estrategias entiendan a las claras lo que molesta esa hartible dinámica, que tampoco cesa en los meses donde la mayoría de la población con empleo reglado dispone de vacaciones, y que a quien más quien menos le toca a lo largo del día cuando está en la cocina, en una reunión de trabajo, en el baño, en un medio de transporte, en un evento, o dando una cabezada tras almorzar, cabe plantear, en justa reciprocidad, que durante una semana el gremio de los ejecutivos agresivos (y de las ejecutivas agresivas) recibiera llamadas de promoción comercial del ultramarinos, del taller de reparación de coches, de las boutiques de ropa, de la agencia de viajes, de los restaurantes, de la perfumería, de la tienda de equipos informáticos, de la librería, del fisioterapeuta,... Qué pronto se apuntarían a la Lista Robinson para protegerse de su propio método.