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Los medios y los días

¿Cómo podemos expresarnos?

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18 sep 2020 / 04:00 h - Actualizado: 18 sep 2020 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • Jesús Hellín / Europa Press
    Jesús Hellín / Europa Press

Qué pasa, ¿que ahora Ayuso, la presidenta de Madrid, o cualquier otra persona que no lo haga correctamente desde el punto de vista de la sociedad líquida, no va a poder expresarse como crea conveniente? Pues elaboren ustedes un manual de conducta y educación mordaza para que todos entremos por el aro de sus mentes estrechas y puritanas.

Cuando tres chicas menores de edad agredieron a dos personas latinoamericanas en el metro de Madrid la señora Ayuso se disculpó porque, en declaraciones anteriores, había dado la impresión de ser racista o xenófoba a algunos chillones, pero aparecieron en las redes sociales mensajes que afirmaban que no se había disculpado de la manera adecuada. O sea, te disculpas, pero yo te dicto las palabras que debe utilizar tu mente y tu mano para disculparte. ¿Y luego hablamos de fascismo y de fascistas? Hubo un tiempo en que los contenidos de los periódicos y hasta poemas que fueran a leerse en actos abiertos, había que presentarlos a la censura en el ministerio de información y turismo y sus delegaciones de toda España antes de hacerlos públicos. Si lo desean podemos volver a eso aunque no va a ser fácil con tanta red social.

¿Por qué no se va a poder criticar a todas las personas que se comporten incívicamente a juicio de quien así lo crea, sean gitanos, inmigrantes, mujeres, hombres o gays? ¿Por qué alguien no va a poder razonar que no quiere inmigrantes africanos en su país? ¿Pero esto qué es? Un día le tocará a los millonarios, otro a los periodistas, otro a mí mismo (ya me ha tocado, me llaman machista), otro a la casa real, todo el que salga de su casa a desarrollar una vida en sociedad, todo el que protagonice una noticia o realice una cierta actividad pública está expuesto a ser criticado y de la manera en que el crítico lo crea conveniente con su libertad de pensamiento y de expresión, cómo se nota que esos nuevos franquitos de izquierda -que ni son de izquierda ni de nada- no han debido sufrir lo que es una falta de libertad de expresión. Oigan, ¿quiénes son ustedes para decirnos a los demás hasta qué palabras se deben expresar o no para ejercer la libertad de crítica de la que no se libra ni Amancio Ortega?

A la vista de todos está que multitud de ciudadanos se saltan a la torera las indicaciones sanitarias elaboradas con el fin de, al menos, mitigar los efectos de la pandemia y da la casualidad de que unos más que otros, lo revolucionario es denunciar públicamente a quienes lo hacen y tomar medidas contra ellos en lugar de aplicar un absurdo buenismo que es más un prejuicio religioso que una medida progresista.

Por otra parte, de todos es sabido que el paro es superior al 22 por ciento y en algunas regiones mucho más, de todos es sabido el bajón enorme del PIB, ¿por qué no va a poder decir nadie que aquí ya no caben más inmigrantes porque no están garantizadas ni las pensiones de quienes poseen sus raíces en España y se han dejado la vida trabajando sin que eso signifique que sean racistas o xenófobos? ¿Por qué de inmediato aparecen los informes en los que parece que los inmigrantes no han roto nunca un plato y son una bendición para el país? ¿Por miedo a un retorno del nazismo, aplicando medidas fascistas en una democracia? Inmigrantes, como españoles, los hay de todo ropaje porque son tan humanos como los españoles, dejen que cada cual opine como crea conveniente y que el voto decida, dejen de tratarnos como a niños que vamos a formar piquetes para matar inmigrantes, ¿acaso no los han formado los que se llaman progresistas para cometer actos presuntamente revolucionarios pero que atentaban contra los derechos humanos? Y si consideran ustedes que la gente es idiota e inmadura y toda se va a volver agresiva con el inmigrante y contra los incívicos en general díganlo abiertamente, implanten mejores normas de educación en los colegios, mejoras reales no imaginarias o místicas, o métanse a misioneros en lugar de jugar a la política supuestamente de izquierdas. Y si quieren jugar, vayan a las causas de que existan tantos inmigrantes, no a sus efectos que es lo más cómodo.