Ojana in Excelsis

Comuniones como si fuesen bodas

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Juanmi Vega @Juanmivegar
06 oct 2021 / 04:00 h - Actualizado: 06 oct 2021 / 04:00 h.
"Ojana in Excelsis"
  • Comuniones como si fuesen bodas

La pandemia de coronavirus nos ha dado un respiro en cuanto a celebraciones sociales se refiere. Hace un par de años, las comuniones fueron mutando en algo parecido a una boda.

Se podría desgranar cómo han cambiado las bodas en los últimos años: cantes en la puerta de la iglesia, que no falte el photocall con cosas para disfrazarse, los regalitos ñoños, los hashtags aún más ñoños, las invitaciones con vídeos... pero hoy hemos venido a hablar de las comuniones.

Muchos padres quieren que sus hijos cumplan los sueños frustrados. Padres que tuvieron una boda normal y de bajo coste, o low cost como dirían los modernitos, quieren que la celebración de sus hijos sea por todo lo alto.

Hace unos años, un programa de la MTV hizo furor. Se llamaba “Mis dulces 16”. Este reality contaba la celebración por el decimosexto cumpleaños de un joven de alta alcurnia. Comida de estrella Michelín, limusina para recoger a la cumpleañera, cuatro vestidos diferentes para una celebración de tres horas y un fin de fiesta con un grupo potente de música y fuegos artificiales. Los padres, en el momento cumbre de la fiesta, se acercaban a su vástago para entregarle el regalo, que en el 99.9 % de las veces solía ser un coche de más de 300.000 euros.

Aquí no llegamos a celebrar unos dulces dieciséis, pero sí unos almibarados diez. Los padres no escatiman en costes. Restaurante pijo con coctel de recibimiento y luego almuerzo sentado, viaje a Disney Land, más de 200 invitados y lo más importante: el book de fotos.

Hace un par de meses, me encontré a unos padres acompañando a su hija y al fotógrafo para hacer una sesión de fotos al lado del río. La niña iba vestida de comunión, aunque ya habían pasado tres meses del evento. Ahí me paré y me puse a pensar lo mucho que ha cambiado todo.

Cuando yo celebré la mía, hace ya unos 20 años, me hice la típica foto que se da a los más allegados y que tu abuela tiene el salón. Fue en un estudio del barrio y sacamos los tres perfiles habituales: de frente, de lateral y con las manitas agarradas. No daba ni para collage de Instagram. Creo que sólo sacamos unas 15 copias para dar a los familiares directos. Ahora se da una foto del niño hasta al DJ de la fiesta.

Que esa es otra, muchas veces te invitan a comuniones por compromiso y te llevas la foto del niño al que era la primera vez que lo veías en tu vida. ¿Qué haces con esa foto? No puedes rechazarla. Eso está feo. Tampoco la puedes dejar en la mesa, y tirarla es jugártela. Imagina que van esos padres a tu casa. Otra cosa más de attrezzo que tienes que guardar por si un día llega la visita, como el jarrón por Reyes que estás deseando que se rompa.

Yo celebré mi comunión en una venta en Salteras. Todavía recuerdo lo buena que estaba la carne que me comí. El regalo más potente que me llevé fue un radiocasete de doble pletina y radio a pesar de que los discmans estuvieran de moda. No hubo viaje a Disneyland ni tampoco sesión fotográfica. Eternamente agradecido le estaré a mis padres de ahorrarme ese sufrimiento. No soy capaz de posar para sacarme una buena foto para Instagram o Tinder lo iba a hacer para la comunión.