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Con saetas heridas en el costao

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
06 feb 2022 / 20:03 h - Actualizado: 06 feb 2022 / 20:07 h.
"La Tostá"
  • Rotulacion de una calle a nombre de Pascual Gonzalez. / Manuel Gómez
    Rotulacion de una calle a nombre de Pascual Gonzalez. / Manuel Gómez

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No fuimos amigos y no sé por qué, porque amábamos las mismas cosas y los dos crecimos en la misma ciudad y en el mismo arte. Aunque él entendió a Sevilla mejor que yo, que soy quizá más crítico con ella y ya será difícil que me dé tiempo a terminar de entenderla. Pascual era puro amor por su tierra y un artista tan completo al que seguramente vamos a tardar en valorar en su justa medida, a pesar de que su obra musical y poética es inmensa.

Ahora mismo tengo ganas de llorar, sin haber sido su amigo, porque era grande no solo como músico y poeta popular, sino como persona y compañero. Digo compañero por dos motivos: porque también canté sevillanas -en Arte y Solera, con el Trocha y Antonio Reyes-, y porque durante un tiempo fue columnista de El Correo. Fue un honor estar en el mismo periódico que él, ya que nunca pude ser parte de Los Cantores de Híspalis, aunque, sinceramente, mi estilo se adecuaba más al de Los Romeros de la Puebla.

Si tuviera que buscar una analogía certera, Los Romeros eran clásicos como Tomás Pavón o Mairena, y Cantores, innovadores como Manuel Molina o Morente. Pascual era el alma del grupo, un creador de glorietas para el silencio, que es como Lorca vio a Silverio. Fue un revolucionario, como Franconetti, querido en su tierra, aunque algo incomprendido.

El Cachorro me ha dicho,
que te has marchao
con saetas herías en el costao.