Consenso en la Madrugá

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25 nov 2017 / 23:08 h - Actualizado: 25 nov 2017 / 23:08 h.
"Desde la canastilla"

Tras más de siete horas de reunión entre los hermanos mayores de las hermandades de la Madrugá, el delegado de día, el presidente y vicepresidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías, finalmente se llegó a un acuerdo. Consenso entre las seis cofradías para intentar dar solución a los problemas de seguridad vividos e incrementados en los últimos años en una de las noches más bonitas del año.

Algunas hermandades se sienten más perjudicadas que otras. Algunas estarán más satisfechas que otras con este acuerdo, pero todas han cedido y han dado su brazo a torcer en busca de un bien común. Hermandades que, como tiene que ser, han predicado con el ejemplo, es decir, con sus valores cristianos, y han antepuesto sus intereses personales por el interés general, por la seguridad y por el bien de todos. Todo por la causa.

Las seis corporaciones de la Madrugá que realizan Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral ya han cedido y han hecho todo cuánto han podido. Ahora toca a las administraciones competentes tomar medidas, ya no se puede decir que las hermandades no han colaborado, lo han hecho y, a mí parecer, muy bien, algo que años atrás no ha pasado. Ahora es momento de ver la manera para reforzar los dispositivos policiales y poner en marcha las medidas necesarias, tal y como piden las propias cofradías, hay que escuchar sus demandas.

Colaboración para llegar a un acuerdo satisfactorio con consenso. Esto ya se ha conseguido, pero el problema no radica aquí, el principal problema de estos últimos años en la Madrugá, sobre todo, pero también el resto de días de nuestra Semana Santa, es la falta de educación, de respeto, de valores...

Está claro que hacen falta más policías en la Madrugá, pero también es necesario que los padres eduquen y enseñen a sus hijos. Hace falta que muchos jóvenes, y no tan jóvenes, que salen en la Madrugada, sepan a dónde van. Salir a ver cofradías no es salir de botellona ni de fiesta, es ir a encontrarse con Dios. Ha habido madrugadas con imágenes, a mí parecer, lamentables de jóvenes bebiendo mientras una cofradía realiza su estación de penitencia. Eso no es la Madrugá ni es nuestra Semana Santa, por eso todos debemos de poner de nuestra parte, colaborar, para, entre todos, intentar recuperar nuestra Semana Santa, aquella en la que disfrutábamos tranquilamente, sin miedos, sin agobios, sin temor del paso del Silencio, el Gran Poder, el Calvario, los Gitanos, la Esperanza de Triana y de la Esperanza Macarena.

Es hora de recuperar nuestra Madrugá y nuestra Semana Santa, pero para ello todos debemos poner de nuestra parte. Es hora de mirar atrás y recuperar la esencia que hemos perdido.