Con la llegada de la primavera comienza la temporada de guisantes, siendo esta desde marzo hasta junio. El guisante, también denominado arvejas o chícharos, es la semilla comestible de la planta Pisum sativum, originaria de Oriente Medio, y pertenece a la misma familia que las lentejas, habas o garbanzos.
Según la Fundación Española de Nutrición, una ración media de guisantes tiene casi tanta proteína como un huevo entero, siendo además una de las legumbres con menor aporte calórico (100 gramos de guisantes contienen tan solo 80 calorías) y una cantidad casi inexistente de grasas, siendo ideales para incluirlos dentro de la dieta diaria o en pérdida de peso.
BENEFICIOS
Los guisantes son muy recomendados por los expertos y nutricionistas debido a su gran cantidad de propiedades beneficiosas para nuestra salud. En primer lugar, los guisantes contienen diversas vitaminas (vitamina K, A, C y vitaminas del grupo B, entre otras), pero las más importantes son la vitamina C y las del grupo B.
La vitamina C contribuye en diferentes funciones de nuestro organismo y en el funcionamiento del sistema inmunológico o la absorción de hierro, por ejemplo, y las vitaminas del grupo B son hidrosolubles, es decir, se disuelven en el agua y son fáciles de eliminar por la orina. Dentro de este grupo, los guisantes poseen en mayor cantidad la vitamina B1, B3 y B9, que ayudan a nutrir de glucosa a las fibras nerviosas, regular procesos metabólicos esenciales y mejorar nuestro ánimo, entre otros. Esta es la razón científica por la cual tradicionalmente se han considerado un antídoto para alejar los “malos pensamientos”. Comer guisantes nos puede ayudar a superar nervios, ansiedad o a mantener un estado de ánimo positivo.
Asimismo, esta legumbre es una gran fuente de fibra, la cual ayuda a regular nuestro tránsito intestinal. También contiene numerosos minerales como el calcio, zinc, hierro, sodio, fósforo y potasio, siendo esta última indispensable para el buen funcionamiento del sistema
nervioso.
Por otro lado, los guisantes poseen antioxidantes, alfacaroteno y betacaroteno, los cuales son ensenciales para la salud de nuestra piel, ojos y mucosas. Además, son un alimento que mejora la circulación gracias a su acción vasodilatadora, regula los niveles de colesterol en sangre por su contenido en luteína y controlan los niveles de azúcar en sangre.
Finalmente, también participan en la regeneración de tejidos de nuestro organismo, contribuyen activamente a que nuestro sistema nervioso pueda llevar a cabo sus funciones de manera óptima y son un alimento indicado especialmente durante las etapas de crecimiento, embarazo, lactancia y vejez.