Todos los políticos en España parecen dispuestos a batir récords históricos como, por ejemplo, el número de bulos o de ideas absurdas e imposibles dichas en un minuto. Y lo malo de todo esto es que hay mensajes que quedan de maravilla de cara al personal y son, sin embargo, ocurrencias sin ton ni son, sin fundamento, llenas de veneno que termina afectando a la vida normal.
Pongo de ejemplo lo que ha dicho Isabel Díaz Ayuso aunque si echásemos un vistazo a los periódicos de ayer les aseguro que podríamos encontrar algo similar. Pongo de ejemplo esto porque es lo último, pero no importan los colores políticos puesto que se pueden encontrar este tipo de cosas desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha. No se salva nadie.
Díaz Ayuso ha dicho: ‘Animo a Sánchez a ser sincero por una vez en su vida política, que tenga palabra, convoque elecciones y se presente con el proyecto que -ahora- quiere para España. Porque ningún español ha sido consultado’. Podría parecer que el mensaje tiene sentido; podría parecer que pone las cosas en su sitio y acorrala a Pedro Sánchez. No entro a juzgar si tiene razón la presidenta madrileña o no la tiene. La cosa es otra. Y es que según el artículo 115.3 de la Constitución Española un Presidente del Gobierno no puede convocar elecciones en su primer año de legislatura y según la ley de Gobierno -en su art. 21- un Presidente en funciones no puede disolver las cámaras. Es decir, el mensaje no tiene sentido alguno y sólo sirve para enmarañar las cosas. Era de esperar algo así metiendo en la misma frase la sinceridad y a Pedro Sánchez, todo hay que decirlo. Todo muy bien. Eso sí, las redes sociales arden dentro de un encendido debate sobre si Pedro Sánchez debe convocar elecciones hoy mismo.
Los políticos españoles están jugando con la ignorancia colectiva cuando, en realidad, deberían hacer pedagogía sobre lo que es la política, lo que suponen las instituciones o la importancia de la decencia si se ocupan cargos de responsabilidad. Es una pena que, día tras día, desde el presidente del Gobierno hasta el último de la fila, suelten ideas erróneas o falsas. Y es una pena que, muchas veces, lo hagan pensando que están siendo el alma de la fiesta y un ejemplo de ingenio. Pedro Sánchez ha mentido a todo mentir. Eso es un hecho. Pero es que los demás lo hacen con la misma intensidad y, mientras, todos en el filo de la navaja.
Por cierto, tal vez los más curiosos quieran saber que según la mística indú ‘tan absurdo resulta el camino de la Salvación como atravesar el afilado borde de una navaja’; que el escritor británico W. Somerset Maugham publicó su novela ‘El filo de la navaja’ y puso de moda la frase. Pero esto da igual... porque es verdad y no sirve de gasolina para motores de destrucción masiva.
Y una última pregunta: todos estos a los que adoramos como si fueran a ser los salvadores del mundo ¿se habrán leído la constitución? Yo diría que no.