La Tostá

¿Cuánto de verdad hay en esta pandemia?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
05 jun 2020 / 07:35 h - Actualizado: 05 jun 2020 / 07:39 h.
"La Tostá","Coronavirus"
  • ¿Cuánto de verdad hay en esta pandemia?

Soy de los que han obedecido al Gobierno en todas las medidas preventivas contra el coronavirus. Al vivir en el campo, entre pinos, no he sufrido mucho el confinamiento. Digamos que he hecho una vida normal en estos tres últimos meses: trabajar en casa, salir una vez por semana a comprar comida, recoger correspondencia en Correos e ir al cajero una o dos veces al mes. Lo del estado de alarma lo he entendido, aunque ya no le veo tanto sentido como al principio de la pandemia. Lo que no entiendo muy bien es que hasta hace pocos días no podía recibir visita en casa ni visitar a nadie, por ejemplo a mis hermanos, y que a partir del 22 de este mes pueda ir a París o Lisboa, cuando el virus sigue ahí, según dicen algunos especialistas. Sin embargo, otros aseguran que se ha ido con sus muertos y que no va a volver en otoño, que es el temor. No sé ya a quién creer, sinceramente, con tanta información confusa, cambios bruscos de criterio y el cachondeo con los muertos, que es lo más lamentable de la pandemia. Sabemos cuántos muertos hay en las cunetas del país, de hace ochenta años, y no los que ha habido de verdad por coronavirus en la era de la informática. Tengo la impresión de que se está utilizando a los muertos políticamente, unos para atizarle al Gobierno y otros para darle leñazos a la oposición. Te callas o te pongo mil muertos sobre la mesa, tú verás. O dos mil. Siento vergüenza ajena. Y Sánchez sigue hablando de transparencia, además en tono victorioso. “¡Viva el 8-M!”, dijo con emoción desbordada el pasado miércoles en el Congreso. ¡Cómo que viva el 8-M! Este señor está desequilibrado. Hasta su esposa se contagió en la manifestación feminista. Su esposa y algunas ministras, como la vicepresidenta Carmen Calvo e Irene Montero. Y, seguramente, cientos de personas más, de las que asistieron a esta manifestación y a decenas de actos públicos que no fueron suspendidos precisamente porque había que manifestarse por la igualdad sí o sí. No me extraña que el ministro Marlaska tuviera tanto interés en el polémico informe de Pérez de los Cobos, porque vaya usted a saber qué van a poner ahí. Y como el bravo coronel de Gandía no quiso cometer una ilegalidad, lo cesaron al estilo Maduro. ¡A la puta calle! Sánchez destruyendo empleo. Bueno, por un lado destruye y por otro crea. Acaba de crear una dirección general en Transporte para su gran amigo de la infancia, el arquitecto José Ignacio Carnicero, que va a cobrar, con la que está cayendo, 90.000 euros anuales. Es verdad que era muy difícil que el país saliera adelante sin esa nueva dirección general. ¡Qué país! Creo que nos la están metiendo doblada.