La Tostá

Daban ganas de abrazar a Tamames

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
22 mar 2023 / 04:00 h - Actualizado: 22 mar 2023 / 04:00 h.
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  • El candidato de la moción de censura, el profesor y economista Ramón Tamames. / Alejandro Martínez Vélez - E.P.
    El candidato de la moción de censura, el profesor y economista Ramón Tamames. / Alejandro Martínez Vélez - E.P.

Muchas veces he tenido la certeza de que en el Congreso sobran más de la mitad de los diputados. Que funcionaríamos lo mismo como país, o mejor, si no tuviéramos que mantener a tantos vividores como había ayer viendo cómo machacaban a don Ramón Tamames. Daban ganas de abrazarlo, sinceramente, porque, aunque el viejo profesor lo esperaría, era como un monigote al que todos querían darle una patada en la cabeza.

Está tan deshumanizada la política en España, tan sucia, que es capaz de ofrecer espectáculos tan lastimosos como el de ayer. Vox presentó una moción de censura porque, legalmente, pudo hacerlo, aunque no era quizás el momento. Y el señor Tamames aceptó la invitación de ser el candidato al Gobierno porque le hizo ilusión al buen hombre, que tiene 89 años. Quería vivir esa experiencia, la de volver al Congreso para dar un discurso y decir lo que le diera la gana.

Dijo cosas interesantes, desde luego, y estuvo sembrado cuando paró a Sánchez en plena réplica del presidente para reprocharle su pesadez, que alargara tanto sus peroratas. Hay que reconocer que ahí Tamames estuvo genial. Sánchez parecía un pistolero joven intentando avasallar a un pistolero viejo, arrumbado, con escasos reflejos ya para desenfundar sus pistolas. Había que ver a Yolandia la Modelitos, la vicepresidenta, que parecía que se jugaba su futuro midiéndose con Tamames.

Y qué manera de hacerles la pelota al presidente, las ministras, los ministros y les minestres. Aitor Esteban, del PNV, se permitió incluso una vacilada de relato tabernario como exordio a su duro discurso. Memorable la intervención de Inés Arrimadas, y poco más. Todo fue muy patético. El más digno fue Tamames, sin ninguna duda, aunque sirviera de muñeco de feria al que tirarle pelotas. Ha logrado el maestro que todos se retrataran ante millones de españoles. Fueron a lucirse y lo hicieron, unos más que otros. Fufián fue especialmente cruel, sobre todo cuando le dijo al candidato que se podía envejecer como Maruja Torres, “o como usted”.

No se puede ser más forraje. Por la tarde vi que mientras la podemita Sofía Muñoz leía folios, los escasos diputados que quedaban en el hemiciclo jugaban con el móvil. No me extraña. Ganan una pasta y esa pasta sale de los impuestos de los españoles.