Qué dos personajes más encantadores tenéis en lo que llamáis Semana Santa! Uno de ellos es Pilatos. Su actuación la he conseguido inculcar en universidades, centros de cultura, academias, intelectuales, etc.; te explico, Pilatos introdujo el pero: «¿queréis crucificar a Jesús?, bueno yo soy personalmente contrario a ello, pero...» Y esta actitud la estoy clonando hasta la saciedad en las mentes católicas, «yo soy personalmente contrario pero... vosotros veréis, yo soy contrario al aborto, pero vosotros veréis, yo soy contrario a la ideología de género, pero vosotros veréis, yo soy contrario al fraude, pero vosotros veréis», y así hasta el infinito. Además Pilatos ¡qué gran político! hizo una pregunta crucial para vosotros los católicos y no esperó la respuesta, dio media vuelta y se fue (esto es muy sevillano), preguntó a Jesús ¿qué es la verdad? y no esperó la contestación que os hubiera servido de mucho.
Y luego tenéis al primer católico que aceptó una subvención del gobierno, el gran Judas Iscariote. He conseguido que a lo largo del tiempo los católicos acepten mucho más de treinta monedas de plata y corromperse, mira a tu alrededor ¿no ves cómo brota la corrupción por todos lados?; es una tentación que no falla casi nunca, si pongo dinero fácil cerca de un hombre verás como, corrompido, hace lo que yo quiero con tal de poseer más y se alejará de la práctica religiosa y caerá en mis manos. Para mí es de lo más sencillo, lo empecé, como te digo con Judas Iscariote y puedes comprobar el mal uso del dinero, especialmente del dinero público. La corrupción es multiforme, piensa en tantos pleitos de corrupción política o de otro tipo, que si al gobierno de turno, sea del color que sea, le interesa que el fiscal no acuse y el pleito se sobresee, carpetazo y adiós muy buenas.
Firmado: Satanás