Los medios y los días

¿De qué van los de Podemos?

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24 may 2020 / 06:00 h - Actualizado: 24 may 2020 / 06:00 h.
"Los medios y los días"
  • Pablo Iglesias en una imagen de archivo. / EFE
    Pablo Iglesias en una imagen de archivo. / EFE

No es de extrañar que Pablo Iglesias haya sido reelegido como cabeza visible de Podemos, eso estaba cantado porque nadie se le oponía, lo asombroso es cómo ha sido elegido, con sólo el 11,4% de participación con la puntualización que de esa participación el candidato alternativo, Fernando Barredo, ha alcanzado un 7,8% de los votos y el 2,6% ha votado en blanco. Claro, como se supone que iba a salir de todas maneras, ¿para qué votar? Me olvido y me dedico a otros menesteres. Pues porque a tu líder lo están friendo a insultos y descalificaciones y al final terminarán con él y hay que dar un golpe sobre la mesa y hacerle ver a quien sea que tiene un respaldo masivo de su gente porque si no lo respalda su gente, ¿quién lo hará?

Es una cuestión de estrategia y de táctica pero a este personal que por lo general sólo sabe lo que es la izquierda de oídas y que demuestra ser otro tipo de pijerío, eso qué le puede importar. Ni estando en confinamiento por pandemia es capaz de hacer el enorme esfuerzo de apretar unas teclas y votar.

En la universidad, cuando hay elecciones a representantes de alumnos una participación del 11 por ciento es ya una participación abultada. A las asambleas legales de alumnos no va casi nadie, los teóricamente interesados, en su mayoría, salen corriendo y se marchan a todos los lugares menos a la sala de reuniones o ya aprovechan para ausentarse de las clases porque para qué van a ir esa mañana o esa tarde si con la asamblea hay que interrumpir la docencia por un par de horas aproximadamente como establecen las normativas... Y, total, para asistir a dos clases, si no se tiene intención de acudir a la asamblea, ¿por qué madrugar?

En los revoltosos años 60 y 70 del siglo XX, las asambleas masivas –no iban todos pero sí una inmensa minoría- defendían la democratización de la universidad, esto es, que los alumnos estuvieran presentes en los órganos de gobierno. Pues ya se ha logrado desde hace muchos años, en la Universidad de Sevilla los alumnos con su 30 por ciento de representación pueden ser decisivos para elegir rectores, decanos o directores de departamentos. Y ahora que aquella aspiración tan lejana es una realidad la juventud pasa del tema.

Muchos estudiantes votan a Podemos. En Podemos empezaron con aquello de la igualdad y del asamblearismo que han trasladado a lo digital, son antisistema, o eso dicen, pero sin las herramientas tecnológicas que les facilita el sistema no sé qué harían. La igualdad va quedando para los papeles y las declaraciones, poco a poco se topan con la realidad y aun estando ante ella se abstienen de votar al que se supone que los va a representar para transformar el mundo y convertirlo en un lugar más habitable.

Ya tengo tres problemas: uno, los dirigentes actuales de mi país y, dos, los que los apoyan que se supone que, a pesar de significar una parte importante del futuro y ser los que más jodidos están y más que van a estarlo, les da igual votar o no o tener un presidente como Sánchez que representa la antiética. ¿Quién respalda entonces de verdad a Iglesias para tener que aguantarle que siga adelante con una idea de cambio hacia el socialismo que no puede hacer ni debe acometer porque no tiene la voluntad mayoritaria de la gente ni el entorno geopolítico ni histórico adecuado? Ah, y tres: la oposición al gobierno, tan dispersa y confusa. Malos tiempos cuando más se necesitan las personas de Estado con carisma, fuerza y menos apasionamiento.