Desvariando

De vuelta al Festival de Tomares

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
16 jul 2022 / 10:11 h - Actualizado: 16 jul 2022 / 10:13 h.
"Desvariando"
  • De vuelta al Festival de Tomares

Cuando en 1983 empecé a trabajar en Radio Aljarafe, de Tomares (Sevilla), la peña flamenca local organizaba un festival que tenía problemas. Desde El duende y el tárab, programa de radio que dirigí desde mediados de los ochenta a mediados de los noventa, levantamos el festival y la peña. Un gran alcalde del pueblo, el socialista José María Delgado Buiza, dijo un día que el flamenco tenía que ser para Tomares tan importante como un ambulatorio o el alumbrado público, y el Ayuntamiento metió el hombro. No solo ayudó a que el festival creciera, sino que costeó el nuevo local de la peña, el actual, de la calle Camarón. Tomares no era un pueblo de gran tradición flamenca, pero de allí fue un cantaor de fama en el siglo XIX, Antonio Navarro Caro, El Niño de Tomares, que compitió por malagueñas en el Café del Burrero con otros grandes malagueñeros como Juan Breva, el Canario de Álora o Juan Trujillo El Perote, de la Álora también. Emparentado con Bombita el torero, de este pueblo, el Niño de Tomares enfermó y murió demasiado joven, con 28 años, en 1901. De no haber muerto tan joven hubiera alcanzado con toda seguridad la fama de Chacón o Escacena, pero una vida demasiado flamenca lo llevó a la tierra antes de consagrarse en uno de los cantaores más brillantes del ya citado siglo. Esta noche el Ayuntamiento y la Peña Flamenca de Tomares conmemoran los 150 años de su nacimiento con un cartel encabezado por el cantaor jerezano Jesús Méndez, quien compartirá el escenario con la cantaora lebrijana Anabel Valencia, el también cantaor Rafael de Utrera y el extremeño Francisco Escudero El Perrete. El baile lo pondrá la figura del momento, Farruquito, y el toque, Antonio Higiuero, Antonio Gámez, José Francisco Fernández y el lebrijano Curro Vargas. Buen cartel para una noche que será tremendamente calurosa, pero que llevará a muchos aficionados al patio de la bella Hacienda de Santa Ana, donde tan buenas noches de flamenco se vivieron en los ochenta y los noventa, con el asesoramiento artístico del guitarrista sevillano Manolo Domínguez El Rubio y el trabajo de aficionados como Domingo Luna, Antonio Novella, los hermanos Costales, Pepito Ávalos o Francisco Montes Caro El Rancapino, estos dos últimos ya en el altito cielo. Regresar a este festival y a ese patio después de algunos años ausente será muy emocionante, sobre todo por recordar tantos momentos de arte en la peña, el trabajo en la emisora local y una época de mi vida tremendamente feliz, llena de sueños y proyectos. Uno de ellos, ser el crítico de El Correo de Andalucía, donde ingresé en 1984, cuando el Festival de Tomares, que cumplirá cincuenta años en 2025, levantaba el vuelo.