La vida del revés

Decadencia en la Estación de Santa Justa

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20 sep 2022 / 16:22 h - Actualizado: 20 sep 2022 / 16:26 h.
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¿Cuándo alguien decidió que lo bueno debía ser muy rentable? ¿Cuándo alguien quiso que lo rentable estuviese por encima de lo excelente? ¿Quién decidió que lo bueno no era esencial y el dinero sí?

Una sociedad que solo piensa en la rentabilidad de las cosas está condenada a vivir la tragedia de la decadencia y de la injusticia. Si lo rentable es lo prioritario respecto a cualquier otra cosa lo mejor es dedicarse al tráfico de armas o de drogas o de personas; lo mejor es dedicarse a producir pornografía ¿no? ¿No queremos que lo que nos rodea sea rentable? El problema es que estamos enredados en la rentabilidad de las cosas y destruimos sistemáticamente lo bueno que tiene nuestro mundo. De forma incomprensible, por cierto.

¿Recuerdan el servicio que recibía el viajero que utilizaba el AVE hace 20 años? Los que podían viajar en clase preferente eran agasajados de forma casi espectacular. Pero es que los viajeros de clase turista podían disfrutar de un viaje delicioso, cuidados por una tripulación atenta y agasajados igualmente. Por otra parte, las estaciones AVE eran ejemplo de limpieza, de buen funcionamiento. Todo lo bueno es un recuerdo y la búsqueda de la rentabilidad se ha llevado por delante lo mejor. En este caso, el problema es mucho peor porque el servicio AVE era bueno y rentable.

Hoy, en la estación de Santa Justa, una de las rampas automáticas estaba fuera de servicio, parada, sin un cartel que anunciase el motivo por el que aquello no funcionaba. Una mujer hacía un esfuerzo importante por llegar al final de esa rampa. Y no pasaba ni pasará nada. Pero, en realidad, esto es algo que desmerece un establecimiento que fue orgullo de la ciudad. Es una vergüenza que no haya nadie que apriete un botón de encendido, que nadie llame al personal de mantenimiento, que nadie se ocupe de dar un servicio que no puede ser desastroso.

Llegan nuevas ofertas que serán una forma de revolucionar el estado actual de las cosas. Eso espero, al menos. El primer operador privado español de Alta Velocidad, Iryo, circulará a partir de noviembre por las vías españolas. La competencia siempre es buena en estos casos y tanto Renfe como Adif tendrán que ponerse las pilas. Tal vez sea la razón por la que se intente regresar a lo bueno que es fundamental en un servicio público. ¿Desde cuándo la educación o la sanidad deben ser rentables? Eso es un disparate y hace del mundo un lugar mucho peor.

Lo bueno ha de ser bueno. No hay más.