Del museo de las cofradías

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07 sep 2019 / 11:44 h - Actualizado: 07 sep 2019 / 11:47 h.
"Pareja de escoltas"
  • Del museo de las cofradías

Las noticias son frescas: la liberación del inmenso solar de la calle Santander del aparcamiento irregular que lo ocupaba desde hace lustros podría abrir la puerta definitiva a la construcción del demorado museo de las cofradías. Dicen que el Ayuntamiento y el Consejo estarían a partir un piñón en el asunto. Pero el desenlace del proceso podría estar aún lejano y tendría que salvar no pocos fielatos. Hay uno que habría que combatir con ideas, un buen proyecto y argumentos convincentes: no es otro que la desafección de las propias cofradías con una idea que ya tuvo algún tibio precedente.

En la memoria de los cofrades más veteranos aún esta esa exposición más o menos reglada de enseres en el antiguo Salón Colón del Ayuntamiento o aquel museo que funcionó en el antiguo Hospital de Venerables, hoy sede de la Fundación Focus. Aquello languideció, muerto de risa, a mediados de los 70. No eran tiempos para la lírica y posiblemente tampoco fueron los mejores años para unas corporaciones que estaban incubando el posterior ‘boom’ de los 80.

Pero la idea ha permanecido en el imaginario de la ciudad y no ha dejado de saltar en algunos programas electorales –sin concretar nada- o a asomarse a ciertas iniciativas como Munarco. ¿Necesita Sevilla un museo de sus cofradías? Rotundamente sí. Pero el centro tendría que ir mucho más allá del amontonamiento de enseres para convertirse en una verdadera ventana para la interpretación, el conocimiento y el estudio de un fenómeno sin el que no se puede entender la idiosincrasia de la propia ciudad.

Ortega dijo que la historia de España no se podía entender sin asomarse a las corridas de toros. Se podría parafrasear la célebre sentencia asegurando que la vieja Hispalis no es entendible sin hurgar en los archivos de sus antiguas y modernas cofradías. Sevilla, no se olvide, es pionera en un pujante estrato de estudio sin el que no se puede entender la propia historia de la ciudad: la investigación de las raíces de nuestras hermandades y cofradías. El futuro centro podría servir para canalizar, reglar y poner en común esos esfuerzos. Ojala la idea no vuelva a caer en saco roto...