La vida del revés

Díaz Ayuso intenta arrasar con la verdad

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09 feb 2022 / 08:51 h - Actualizado: 09 feb 2022 / 09:00 h.
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  • Isabel Díaz Ayuso. / EFE
    Isabel Díaz Ayuso. / EFE

Isabel Natividad Díaz Ayuso sabe que buena parte de su estrategia política consiste en tratar asuntos de suma importancia desde la banalidad y desde territorios en los que las ideas se puedan manejar como si fueran de plastilina. Le funciona muy bien el plan, pero da la casualidad de que las ideas no son de plastilina y que son muchos los que lo saben. Por supuesto, si las ideas pueden ser manoseadas y maltratadas, la verdad es rígida, dura como el acero, la verdad se puede ocultar aunque es inmutable. Esto es algo que olvida la señora Díaz Ayuso y los que quieren creer que sus mensajes son una especie de maná que es vital para que España vaya bien,

Dice Isabel Natividad que sus abuelos nunca le hablaron de la Guerra Civil porque la querían libre de odios. Muy bien. Muchos abuelos lo hicieron con esa intención. Lo que olvida esta mujer es que miles de abuelos, decenas de miles, no hablaron a sus nietos de la Guerra Civil porque fueron ejecutados en la tapia del cementerio o represaliados hasta la muerte o perseguidos y convertidos en fantasmas el resto de sus vidas. Echar un vistazo a la Historia no nos convierte en candidatos a odiar, echar un vistazo a la Historia nos permite comprender por qué somos de un modo determinado y nos permite corregir aspectos de la realidad para evitar errores ya cometidos. Isabel Natividad suele hablar y banaliza el mal como si tal cosa. Imperdonable.

Pero, además, la presidenta de la Comunidad de Madrid habla de errores de la Iglesia si se refiere a los abusos sexuales a menores que se han cometido por parte de sacerdotes y frailes durante decenas de años. Banalizar esto ya el colmo de la desfachatez. No son errores, son delitos, son acciones que han destrozado vidas. Si la señora Díaz Ayuso cree que así sumara un puñado de votos debería saber que su discurso causa bochorno y que el daño que puede provocar no se puede justificar con nada de lo que hace o hará en el futuro. Violar a un niño en nombre de Dios es una atrocidad, no es un error.

Cuidado con estos mensajes populistas, vacíos, fáciles y rastreros. Pueden ser la semilla del odio. No hace falta que los abuelos te hablen de la Guerra Civil para manejar el odio como si nada.