Discurso

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Álvaro Romero @aromerobernal1
21 ene 2020 / 08:35 h - Actualizado: 21 ene 2020 / 08:38 h.
  • Discurso

Lo más lamentable de todo este discurso de cuestionamiento de los derechos humanos, de la libertad, de los últimos avances del humanismo y del gusto por el necesario conocimiento de la diversidad ajena no es su cocción en la sempiterna caverna de ese fascismo recalcitrante que nunca se atreve a dar la cara y siempre utiliza escudos como los niños, sino el amplio coro de sectores sin discurso que se pliega fácilmente a sus demagógicos postulados simplemente porque algo hay que opinar y lo más práctico es opinar lo contrario de lo que opinen mis enemigos.

Lo más lamentable de este amplio coro de papagayos es que construya su discurso prestado sobre el odio plagiado, sobre el exabrupto fotocopiado, sobre el tópico manoseado, sobre el bulo sin pulir, sobre el rumor descarado, sobre el runrún iletrado que solo sirve para la división sin motivo, para la bronca facilona y el señalamiento de quienes no piensan como la gente normal tan normal de toda la vida como yo.

Uno puede disentir, matizar, argumentar lo contrario o explicar lo sentido como injusto, pero no es eso lo vivido estos días con respecto a ese burdo intento de coartar la imprescindible responsabilidad docente de seguir enseñando conforme a la Declaración Universal de Derechos Humanos. No es eso lo vivido estos días contra la grandeza de la escuela pública, contra el honor de su profesorado, contra el oficio más bello del mundo que es ese que consiste en enseñar no solo a volar, sino a sobrevolar el heterogéneo mundo de las ideas que tan sabiamente nos catapultó Platón desde una caverna tan afortunadamente distinta. Quienes contribuyen a esta vergüenza sin iniciativa propia deberían preguntarse por qué no se les ocurrió a ellos todo este repentino banco de indignaciones hasta que a sus inventores no se les encendió la bombilla sin que nada hubiera cambiado, salvo el gobierno.