¿Donde hay que firmar?

Image
29 nov 2015 / 00:07 h - Actualizado: 29 nov 2015 / 00:08 h.
"La segunda vez"

Cuando rezo con mis hijos tengo la costumbre de terminar con sus peticiones a la Virgen. A diario les pregunto cuáles son y en los últimos días a la tradicional «que no haya guerras en el mundo» se ha unido «que los terroristas no maten». Lógico, no es necesario ser un niño de corta edad para anhelar el bien. Todavía son muy pequeños para entender la contradicción que encierra el deseo de «que los terroristas no maten», pero se entiende perfectamente.

El jueves desperté perplejo ante la noticia de un manifiesto por la paz, (¿otro más...?). Recién levantado, acordándome de las esperanzas de mis hijos y, sobre todo, de tantos otros niños que a diario mueren por el único delito de ser cristianos en Siria e Irak, me pregunté, aún somnoliento mientras buscaba un inexistente bolígrafo en el bolsillo de mi pijama según hacía amago de escribir en la puerta del armario: ¿Dónde hay que firmar? Al cabo de unas horas me encontré con la crónica, ya desarrollada, de Europa Press: «Este sábado 28 de noviembre tendrán lugar en España varias manifestaciones convocadas por la iniciativa #NoEnNuestroNombre, con el fin de mostrar nuestra repulsa a los ataques terroristas de París y Líbano, nuestra repulsa a los bombardeos contra la población civil siria, nuestra repulsa a recortes democráticos como ineficaces garantías de seguridad y nuestra repulsa a la política exterior belicista iniciada por el Bush-Blair-Aznar».

El manifiesto repulsa al cubo lo firman ancianos actores, actrices y otros personajes de diverso pelaje, cuyas mediocres películas nunca fueron visionadas en el cine por mi generación, ni otras posteriores, dudoso por las anteriores, a los que se unen los nuevos alcaldes, la mayoría perdedores, de Podemos. El Kichi, la Colau, la Carmena, un tal Xulio Ferreiro, seguramente conocido por Julio en sus años mozos antes de tatuarse una X en lo que siempre fue una J. En definitiva, unos viejetes permanentemente cabreados unidos a unos jóvenes que nacieron de tal guisa.

Me preocupa la parte más demente del manifiesto: «Nuestra repulsa a la política exterior belicista iniciada por el Bush-Blair-Aznar» (la cita es textual). El Bush-Blair-Aznar debe ser un personaje sacado de las pesadillas de los abajo firmantes, un monstruo con tres cabezas capaz de quitarle el sueño a cualquier dueño de bufanda palestina con o sin borlado. Puedo imaginar a las madres de los jóvenes alcaldes exclamando a sus retoños: «¡Cómo no os terminéis el bocadillo esta noche no hay cena!»; y el bocadillo enterito en el plato. «¡Como no os terminéis el bocadillo, esta noche os mando al Bush-Blair-Aznar!»; y el bocadillo masticado en un santiamén. Duérmete niño, duérmete ya que viene el Bush-Blair-Aznar y te comerá...

Ah, claro, se me olvidaba, entre tanta repulsa reiterada, ni una sola mención de la ídem al ISIS, a sus atrocidades con los cristianos, en fin, la porquería sesgada de siempre. Total que no firmo.