Ya es oficial: en España tenemos dos Gobiernos, padecemos dos Gobiernos, pagamos dos Gobiernos.
El Gobierno de Sánchez, ese que ha cambiado tanto de un día para otro, es un reflejo exacto de lo que es Pedro Sánchez: él gobierna, él manda, él dibuja horizontes y el acaba con cualquiera sin previo aviso y sin remordimientos. Él es el chuletón al punto más cañí.
El Gobierno de Yolanda Díaz es una especie de caricatura de proyecto político. Salvo ella como titular de la cartera de Trabajo, el resto van tirando con lo poco que les dejan; van apareciendo en la foto sin grandes esfuerzos y sin grandes riegos. ¿Qué le puede pasar a Garzón al recibir un guantazo en forma de chuletón al punto del presidente Sánchez? Pues nada, absolutamente nada de nada. Él quiere tocar el poder tanto tiempo como sea posible porque sabe que es lo último que va a conseguir en política. Así, le importa poquito si le dan un guantazo o media docena. ¿Qué más puede pedir al destino Irene Montero? Nunca pensó esta mujer que llegaría tan lejos y que diría tantas idioteces con tanta repercusión mediática; nunca pensó esta mujer en conseguir tanto con tan poca inteligencia. ¿Saben ustedes quién es el ministro de Universidades? Se llama Manuel Castells y nadie sabe qué pinta en todo esto del Gobierno de España. Es el ministro con mayor patrimonio personal de todos y parece que está en el Gobierno para hacer bulto y pintar la mona. Nunca un ministro en democracia pasó tan desapercibido. Bueno, está a la par que Garzón. Ione Belarra Urteaga ha llegado hace muy poco tiempo a su ministerio. Hay que dar un margen de confianza a esta mujer y cualquier otra cosa sería ser injusto y ventajista. Ya veremos.
Gobierno de Sánchez y simulacro de Gobierno de Podemos. Qué triste agarrarse al poder por tan poca cosa. Las sobras son para ellos porque el poder lo acumula Sánchez. Solo Yolanda Díaz está haciendo de ministra. Y bien, por cierto. Terminará fichando por el PSOE si no quiere que la destrocen en el camino.
Y, mientras, los españoles pagando impuestos para que todos ellos y cientos de personas a su alrededor cobren cantidades altísimas (en el caso de casi todos los ministros de Podemos, para nada de nada). Y, mientras, los españoles aguantando sin rechistar el peso de un grupo de ministros que tienen la misma talla intelectual que un Madelman. Dos Gobiernos y la casa sin barrer.