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Los medios y los días

Dos papas, dos reyes y un Sánchez

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18 nov 2023 / 04:00 h - Actualizado: 18 nov 2023 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • Pedro Sánchez (i) promete su cargo de presidente del Gobierno ante el rey Felipe VI (d) y un ejemplar de la Constitución, en el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela en Madrid. EFE/ Ballesteros
    Pedro Sánchez (i) promete su cargo de presidente del Gobierno ante el rey Felipe VI (d) y un ejemplar de la Constitución, en el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela en Madrid. EFE/ Ballesteros

A veces pienso que si llego a saber cómo es esto de la vida no hubiera nacido. Otras, por el contrario, creo que he tenido una suerte tremenda. He visto dos papas legales, nada del antipapa Benedicto XIII (Papa Luna), dos papas, uno retirado pero papa y otro papa propiamente dicho. Mi España de mi arma tiene dos reyes -por el momento-, uno joven y otro viejo. El viejo ya está en el exilio. El joven tal vez le acompañe pronto. Mientras tanto, ahí están, dos reyes, pero el hijo no quiere ni ver al padre y Jaime Peñafiel está enfado con Don Felipe y con Doña Letizia, con z, porque tengo una reina que se llama Letizia, con z, fue periodista y está muy canija, tanto o más que todas esas mujeres que desfilan a diario por las pantallas de las televisiones para que las vean las jovencitas y no tan jovencitas y agarren anorexia y caquexia.

A todo ello, se añade ahora Don Pedro Sánchez que es el papa de España, Pedro I de España, conde de Barcelona, lendakari honorífico de Euskadi, gaitero de honor de San Santiago y nuevo líder de la civilización guanche. Si me hubiera quitado mi cerebro actual y me hubiera encasquetado el que tenía cuando contaba 30 años, puede que me hubiera gustado su discurso del otro día, el que lo llevó a ser presidente de nuevo. Fue un discurso muy del gusto de lo que ahora se llama la izquierda y el progresismo. Sólo le faltó afirmar que dentro de cuatro años en España ataríamos los perros con longaniza, miccionaríamos petróleo, defecaríamos oro molido y descubriríamos un océano de litio y otro de coltán.

El papa Pedro Sánchez lo es por sus desvelos hacia los pobres y vulnerables en general. La Historia no sólo lo absolverá sino que lo santificará. Ahora recito alborozado, con Alberto Cortez, eso de “qué suerte he tenido de nacer”. Creo que mañana domingo le dedicaré un texto mucho más malo que el presente porque quiero agradecerle en mayor cuantía esos desvelos de él y los suyos hacia el necesitado y la necesitada. Si cuando se cansen de hacer el bien se metieran a misioneros y misioneras, curas, monjes y frailes, se acabaría la crisis de vocaciones de la Iglesia y encima irían todos al cielo donde le exigirían a Dios que fuera igual al resto de sus feligreses e incluso igual que Lucifer.

Bueno, pues otros cuatro años con las maravillas de estas maravillosas personas: que si el lenguaje inclusivísimo, que si las cuotas femeninas, que si todos los hombres -menos los feministos- deberían cortarse el miembro porque para qué quieren las mujeres ese pingajo, que si los islamistas y negritos no son machistas y caben en España, serán absorbidos por el mercado laboral y aún sobrará sitio por si algún bosquimano, batusi o esquimal desea llenar la España vacía, que si subvenciones para las tropecientas mil ONGs -progresistas- que hay, que si aquí cobra todo el mundo una paguita aunque nunca se doble la cerviz y se rechace trabajar cuando se le ofrezca, que si hay becas para torpes y para flojos, que si todos somos iguales pero cuando un joven o un niño es hijo de un “rico” no se le da beca a pesar de su esfuerzo que para eso sus padres tienen recursos, que cuidado con los niños y jóvenes por si se hernian, todo muy facilito para ellos, que si los animales tienen derechos de pernada y que se pongan todos los fascistas -la mitad de España- un corcho en la fogata boñiguera porque los gases influyen en el calentamiento climático, que si tienen que aparecer más gordas en el cine -y todas heroínas- para acabar con el modelo Letizia...

El rey que aún está en su piso de la Zarzuela le ha colocado la mitra al papa Pedro y le ha dado permiso para que siga charlando con quienes desean mandar a su majestad con su otra majestad al país de Las Mil y una Noches. La media España progresista -la buena- aplaudirá ebria de gozo y la otra mitad -la fascista- se quedará esperando a ver si llegan Los Cien Mil Hijos de San Luis. Todo se hará según la Constitución de 1978, no se asusten, oh, fascistas de poca fe.


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