No querría estar hablando de la crisis del PSOE. Y cuando digo crisis estoy, de alguna manera, utilizando un eufemismo, para evitar decir suicidio o inmolación. Es cierto que este histórico partido llevaba inmerso años —lustros— en un lento proceso de autodestrucción y, sin embargo, de repente, cuando millones de votantes esperaban que alguien detuviera la cuenta atrás, lo que han hecho es acelerar el reloj.
Siempre pensé en que era inconcebible la política española sin el PSOE y que, por mucho que se hubiera separado tanto del tejido social, perdiendo gran parte de su capacidad de captar talento en la sociedad, el peso de su más de un centenar de años de historia pesaba tanto, que era capaz de filtrarlo todo. Y, sin embargo, la capacidad de absorber tanta mediocridad y ambición parece haber colapsado, tras años de llevarla al límite.
Cuando escucho y veo algunas cosas, no puedo evitar pensar en los cientos de alcaldes, concejales y militantes que, de manera desinteresada y gratuita, en la mayoría de los casos contemplan con estupor lo que está ocurriendo, sabiendo que, pase lo que pase, ellos tendrán que volver a poner la cara delante de sus vecinos ¿Serán capaces de explicarles lo que están haciendo sus dirigentes?
Yo sólo veo una solución. Sea por una confrontación de ideas, de modelo, de personas, o lo que sea, el problema de legitimidad que les ha estallado en las narices sólo se resuelve con el voto libre y democrático de todas y todos los militantes. Susana contra Pedro, en un duelo al sol, y que sea lo que tenga que ser. Reglas claras y árbitros neutrales. Todo rápido y limpio. Quien gane, que refunde el partido. Quien sufra la derrota, que se aparte y respete el resultado. Cuanto antes, antes de que Podemos se entere de cómo convertirse en el gran partido de la izquierda española.
Por cierto, España sigue sin gobierno, camino de unas terceras y caras —en más de un sentido— elecciones, en Cataluña han puesto fecha a un referéndum independentista y el gobierno en funciones ha reformado el impuesto de sociedades.