(Oneglia, 1846 - Bordighera, 1908) Escritor italiano, que visitó España, cuya obra, de carácter, pedagógico y popular, llegó a ser una verdadera corriente literaria, caracterizada por una benigna y gran emotividad, que gozó de gran predicamento en su país a finales del siglo XIX.
Su obra más popularizada sería el libro “Corazón”’. Amicis publicó en un libro los recuerdos de sus viajes por nuestro país, libro que tituló “España”. Publicado en Madrid en 1883.
Se sintió especialmente cautivado por un granadino: el gran torero “Frascuelo”.
Cuando Edmundo de Amicis recorría España, el granadino Salvador Sánchez Povedano, “Frascuelo”, ocupaba uno de los pedestales de la torería. El otro lo tenía el cordobés “Lagartijo”, rival de ‘Frascuelo’.
No es ninguna sorpresa, la admiración del italiano por el torero. Por entonces, el gran lidiador, por su grandeza, por su valentía, por su valor, era conocido en toda Europa donde se le tenía como ejemplo del “toreador”, generalizado años antes por otros viajeros, franceses, Gautier y Dumas o ingleses.
«Aún me parece estar viendo a “Frascuelo” con su precioso traje color ceniza cubierto de bordados de oro y una mano manchada de sangre, de la sangre espesa de aquel enorme y fiero toro, al que acababa de matar. Yo le tiré un cigarro puro de Milán, y él, después de mirarle con mucha atención, se lo guardó al tiempo que me daba las gracias». De Amicis añadía: «Y sin embargo, la víspera, cuando yo estaba junto a él en el café, me parecía que aquel hombre suave no sería capaz ni de atravesar el vientre de una mosca con alfiler».
Era la difusión de un nuevo género: el libro de viajes de carácter literario.
De Amicis llegó a sumarse al partido socialista y a escribir libros como Sobre el océano (1889), una dramática denuncia de las condiciones de los emigrantes italianos; La novela de un maestro (1890), Fra scuola e casa (1892), ("Entre la escuela y el hogar); Bocetos e historias de Edmondo De Amicis" Milán: Treves, 1908) La maestrita de los obreros (1895), tres obras en las que aborda la problemática de la escuela popular y la necesidad de expandir la educación, o El coche de todos (1899), que recoge sus observaciones viajando en tranvía para analizar las miserias y los dolores de la gente que son sus usuarios habituales.
Edmondo De Amicis garantizaba que "en España la apertura de la temporada de Toros era más importante que una crisis ministerial".
Escribiendo de las corridas de toros, indica Edmundo de Amicis:
«La impresión que deja en el ánimo este espectáculo, no puede describirse; es una mezcla de sentimientos, de la cual es imposible deducir nada claro; no se sabe qué pensar de él.»
Por momentos, horrorizados, querríais huir de la plaza y juráis no volver más; por momentos, maravillados, arrebatados, casi ebrios, no quisierais que el espectáculo concluyese nunca; ora os sentís casi presa de un mal; ora prorrumpís en gritos, en risas y en aplausos; la sangre os hiela, pero el valor asombroso del lumbre os exalta; el peligro os oprime el corazón, pero el triunfo os le ensancha; la lucha enciende vuestra sangre; el centelleo de la espada os estremece; y luego aquellos millares de semblantes, aquel estrépito, aquellos mugidos, aquel silencio profundo, aquellos fragores repentinos, aquella luz, aquellos colores, aquel no sé qué de grande, de fuerte, de cruel, de magnífico, os deslumbra, os aturde, os altera.
«Es un espectáculo del cual es imposible que forme idea quien no lo haya visto».
Marco, De los Apeninos a los Andes, es un relato maestro de Corazón de Edmundo de Amicis (1846-1908) se debe al más extenso y popularmente conocido de esos cuentos.
En un puerto italiano al pie de las montañas/Vive nuestro amigo marco/En una humilde morada/Se levanta muy temprano/Para ayudar a su buena mamá/
Pero un día la tristeza/Llego hasta su corazón/Mamá tiene que partir/Cruzando el mar a otro país/No te vayas mamá/No te alejes de aquí/Adiós mamá/Pensare mucho en ti/No te olvides mamá/Aquí tienes hogar/Donde quieras tu estés/A buscarte yo iré/Porque siempre donde Vayas te encontrare.
-¡Levántate!... ¡Eres tú, heroico niño, quien ha salvado a tu madre!
La emotividad y el sentimiento, están entre los que vibran con la tauromaquia.