La Tostá

El acceso a la Cultura

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
07 oct 2021 / 06:25 h - Actualizado: 07 oct 2021 / 06:28 h.
"La Tostá"
  • Varias personas visitan el Museo del Teatro Romano, de Murcia. / Iván Urquizar - Europa Press
    Varias personas visitan el Museo del Teatro Romano, de Murcia. / Iván Urquizar - Europa Press

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El Gobierno les va a dar un dinerito a 470.000 jóvenes, 400 euros, para que puedan tener acceso a la Cultura: a libros, el cine, el teatro o los videojuegos. Los que tengan 17 o 19 años, que se olviden. Hay que tener 18 recién cumplidos, o sea, cuando puedas votar por primera vez. Leyendo anoche esta noticia recordé cómo fue mi acercamiento a la Cultura en Palomares del Río, un pueblecito, entonces, en los sesenta, de solo algunos cientos de habitantes, sin cine, casa de cultura o biblioteca pública. Pude ir al cine la primera vez, con 11 años, porque echaba horas en Artesanías Montes cuando salía del colegio. Con un duro, lo que me daban por una hora lavando botellas de artesanía, tenía para ir al Cine Estrella de Coria del Río, y el autobús. En mi casa no hubo nunca un libro, que recuerde, solo novelas de vaqueros de mi abuelo Manuel, y la Enciclopedia Álvarez. Me aficioné a la lectura porque me encontré una caja de tebeos en una cuneta y a lo mejor por eso me gusta contar historias. Jamás asistí a una conferencia sobre algún tema cultural en Palomares. Ni a un concierto de música. Claro, cuando llegaba a la Feria el tamborilero de Almensilla, José Manuel, y pasaba por Cuatro Vientos tocando el tambor y la flauta, lloraba de emoción y me iba detrás de él como si regalara napolitanos. Nunca nadie me habló de Lorca, Falla, Velázquez o don Antonio Chacón. Tampoco me dijo nunca nadie que la Cultura era tan importante para mi formación como ser humano. El trabajo sí, pero solo eso. Cuando dejé el colegio, a los 12 años, el director me dijo que sería toda la vida un desgraciado. Nunca entendí aquella agresión, pero creo que me quiso motivar para que fuera bueno cogiendo algodón, haciendo mezcla o repartiendo pan por las casas de Coria. Si me llega a decir que me iban a hablar de Antonio Machado, Luis Cernuda o la Niña de los Peines, a lo mejor me hubiera quedado hasta los 14 años para merecer el certificado de estudios primarios. Pero es que me hablaban nada más que de Viriato, quebrados y las batallitas del Cid Campeador. Quería a Viriato más que a mi abuelo, pero jamás me hablaron de El Amor brujo de Falla o Las cuatro estaciones de Vivaldi. Creo que era un niño sensible a la música por los pájaros de Mampela y el Majano. Si Franco me llega a dar 400 pesetas para libros, discos y tebeos, estoy seguro de que mi vida hubiera sido otra muy distinta.