Tranquilos, no voy a repetir lo que tanto dicen algunos medios, eso de que Inglaterra está sufriendo las consecuencias de haberse ido de la UE. Inglaterra saldrá adelante con Brexit y sin Brexit, es un gran país, se adelantó a la misma Francia en quitar de en medio el lastre del antiguo régimen por medio de la revolución de Cromwell en el siglo XVII que fue el comienzo de una nueva nación. Ojalá todos los problemas que tuviéramos nosotros en España fueran los que tienen ahora los ingleses como problema central: la falta de mano de obra en determinadas tareas dignísimas pero que el mercado considera de segunda mano.
La evidencia que está destapando el Brexit con sus políticas restrictivas hacia la inmigración es a qué se dedicaban los inmigrantes: empleados de hostelería, de gasolineras, de granjas para cerdos..., en definitiva, camareros, carniceros, matarifes y conductores, seguramente las labores que no querían para sí los ingleses como aquí en Andalucía tienen que recoger, por ejemplo la fresa, los marroquíes y otros inmigrantes aunque con una diferencia: en Inglaterra el paro es del 4,8 por ciento, en España roza el 15 por ciento y en Andalucía el 22 por ciento. España es casi el país con más paro de la UE, sólo lo supera Grecia. Ni los ingleses se quieren ensuciar las manos trabajando en las labores citadas ni los españoles y andaluces con la fresa, al menos eso veo yo como ciudadano de a pie. El papá Estado, por lo visto, los tiene a todos cubiertos de una u otra forma y en zonas rurales que visito no pocos viven en casas que yo con mi profesión de catedrático no me puedo permitir ni las quiero porque me conformo con lo que tengo y me considero un privilegiado que trabaja en aquello que ama, a mi trabajo acudo, con mi dinero pago.
Muchos de esos empleos que ahora tienen desabastecida a Inglaterra los cubrían sobre todo personas procedentes de los antiguos países del Este. A mí lo que me importa sobre todo es mi país y que la gente posea un trabajo digno que le impida tener que irse a laborar por territorios ajenos de culturas distintas. Por tanto, no me voy a ensañar con quien daba trabajo a otros europeos y a mis compatriotas, contra quienes hay que cargar es contra los responsables de que tantas personas hayan tenido que emigrar a Inglaterra para poder comer y aún podrían estar haciéndolo si no fuera porque el Brexit nos ha dicho: mira, por si no te lo creías, ahí está la realidad, como ni tus empresarios ni tu gobierno cumplían con su obligación, éramos nosotros los que os teníamos que dar el pan nuestro de cada día.
En relación con el paro, ¿qué han hecho los antiguos países comunistas desde 1989 en que cayó el muro de Berlín? El comunismo era una dictadura que daba empleo a todo el mundo, de acuerdo, empleo precario, pero empleo. Ahora ya se supone que tienen libertad... para irse a Inglaterra, por ejemplo, o a España. ¿Qué han hecho los gobiernos español y andaluz desde 1975, año de la muerte de Franco? Hablo del paro. Estamos presenciando un continuo desfile de proyectos, promesas y palabrería, ¿desde cuándo? Desde mucho antes de la pandemia y salvo zonas concretas del país lo cierto es que aquí la gran industria sigue siendo la misma que inventó Franco: el turismo que es un gran invento, como se titulaba aquella película de lo que llamamos “españoladas”. Me importa un pepino que los ingleses no tengan gasolina ni algunos productos en las farmacias y que los pavos de Navidad corran peligro. Y me importa un pepino porque estoy seguro de que lo van a arreglar todo. Lo que me importa es que mis paisanos y otros europeos se hayan tenido que ir para allá y se seguirían yendo si les abrieran la espita.