Ayer se cumplieron 66 años del nacimiento de Camarón. De no haber muerto el 2 de julio de 1992, ¿cómo cantaría hoy el de la Isla de León? Lo digo por lo que evolucionó desde que comenzó a cantar hasta que dejó de hacerlo. Solo hay que escuchar su extensa discografía para comprobar cómo fue capaz de adaptarse a los tiempos, con sus miedos, aunque convencido de que un artista no se podía parar. Todavía hay quienes dicen que no creó nada, como si crear un estilo, un sonido, una estética y una filosofía no fuera crear. ¿Acaso hay que crear un palo del flamenco para ser considerado un creador? ¿O una soleá propia? A Marchena se le considera creador porque creó la colombiana, que no era una canción de Colombia, sino vasca. En cualquier caso, una genialidad del marchenero con ayuda de Montes. Camarón pasó por el tamiz de su prodigiosa garganta los cantes de los demás, de sus maestros, y los hizo suyos. Digamos que les dio la última mano de barniz, un brillo moreno que durará siglos. No me lo imagino con bastón, imposible. Me cuesta imaginarlo.