La Tostá

El cabreo de Manuel Morao

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
25 may 2021 / 07:44 h - Actualizado: 25 may 2021 / 07:50 h.
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El veterano guitarrista jerezano Manuel Morao, retirado ya hace años de la guitarra, publicó ayer una carta abierta en lavozdelsur.es, con un titular que demuestra a las claras su cabreo: ¡¡¡Basta ya!!! Lleva años enfadado con el mundo flamenco y su discurso de protesta es muy parecido al de su admirado Antonio Mairena, quien solía decir que se metía de todo en un paquete y que se vendía como “flamenco”. No se salva nadie de las regañinas del gran guitarrista gitano, que ha defendido siempre un flamenco basado en la tradición gitano-andaluza, hoy tan discutida por flamencólogos que defienden con ardor otras teorías, como la que promulgó siempre Blas Infante, algo caduca. Lo que le molesta al señor Morao es que se venda “como flamenco lo que no es”, pero es que el arte jondo no es solo como lo ve el guitarrista o como lo veía Antonio Mairena. Hay una escuela gitana, sin duda, pero no es la única escuela. Hace unos días murió el escritor jerezano José Manuel Caballero Bonald, de clara línea gitanista, quien hace unos años vino a la Universidad de Sevilla a decir que “Silverio y Chacón eran dos copleros”, literalmente, y no recuerdo que Morao levantara su voz como protesta. Ni él ni otros destacados flamencólogos y artistas que estuvieron ese día en la Universidad hispalense. Esto no es nuevo, o sea, la polémica de lo que es o no es flamenco. Y me temo que no va a terminar nunca. Hace unos días una diputada del PP de Madrid, Almudena Negro, decía que el flamenco no solo nació en la capital de España, sino que el 95% de los artistas actuales son de origen madrileño. Enseguida salieron decenas de miles de andaluces a rebatir lo dicho por la señora, como si aquí supiéramos mucho sobre el origen del cante jondo. Sabios como Mairena, Bonald o el actual Morao tampoco tenían o tienen claro el origen verdadero del flamenco, entre otras cosas porque no investigaron mucho. Prueba de ello es que lo escrito por ambos al respecto, Mairena y Bonald, quedó desfasado hace décadas. Me refiero a obras como Mundo y formas del cante flamenco o Luces y sombras del flamenco. Por tanto, las quejas de don Manuel Morao, con las que estoy de acuerdo, deberían servir para que surja un debate en serio sobre lo que es y no es flamenco, ahora que se investiga en serio. Seguro que después de este necesario debate entenderíamos mejor lo que se hace hoy en los teatros.