El cajón del olvido

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21 jun 2020 / 04:50 h - Actualizado: 19 jun 2020 / 09:52 h.
  • El cajón del olvido

Gente tóxica, son una realidad, están ahí, igual que la buena gente (¡menos mal!). Posiblemente, sabes de lo que hablo y te habrás cruzado con alguna en algún momento, ya sabes, esa suerte de "vampiros energéticos" que te pretenden robar lo que ellos mismos son incapaces de generar: alegría, confianza, valor, imaginación, cariño, ilusión... ¡buena vibra en general! y, como no la tienen, deciden deliberadamente intentar arrebatarte la tuya, subrayo la palabra "intentar" porque el éxito de su misión está totalmente sujeto a tu permiso, es decir, si entras en su juego, si dejas que su ponzoña penetre en tu cabeza e impregne tus emociones, si prestas oídos a sus provocaciones... despídete de las soluciones porque te habrás dejado convertir en uno más de su nociva especie; sin embargo, si ante cada uno de sus ataques recurres con rapidez a tu escritorio emocional, casi sin darte cuenta, estarás haciendo un Máster en Gestión de toxicidad.

Activa el escritorio emocional

En diferentes ocasiones a lo largo de mi vida he tenido que hacer frente a "vampiros energéticos" y tanto se centran en hacer daño y provocar todo tipo de despropósitos que olvidan su propia naturaleza (ahí es donde reside su mayor flaqueza): como todo vampiro, sólo pueden salir y hacer "de las suyas" por la noche, huyen del día, de todo aquello que da luz y te ilumina la vida... Vamos, que crecen y se multiplican como los gremlins cuando los mojas con las reacciones negativas que generan en ti sus múltiples sin sentidos, así lo único que habrás conseguido es destrozar tu día (y alimentar al dichoso vampiro de las narices).

Pues cuando veo que se aproxima una potencial batalla con uno de estos especímenes (a parte de desahogarme en privado, que nunca viene mal) de lo primero que hago es activar mi escritorio emocional. En este despacho interior encontrarás una enorme mesa con carpetas clasificadas con objetivos, presentes y pasados, con cosas que te importan para recordar tus éxitos y tus aprendizajes y así nutrir de superación y coraje cada una de tus decisiones (las cuales se traducirán en emociones y viceversa); también podrás ver una pared repleta de posits de colores, cada uno de ellos se corresponden con las emociones positivas que generan en ti todos aquellos que te aprecian, si los relees según te vas sentando en tu escritorio emocional, sentirás como una ola de serenidad y bienestar te baña por completo, eliminando prácticamente todo el veneno del vampiro energético y, ¿se queda algo? pues si queda algo es cuando tienes que echar mano de un cajón que se encuentra en la parte baja del escritorio: el cajón del olvido. Cada vez que siento que el murciélago de un pensamiento envenenado me ronda la cabeza, amenazando también con envenenar mis emociones, abro mentalmente el cajón del olvido, sabiendo que todo lo que vaya destinado allí va a desaparecer y, por tanto, no volveré a pensar en ello. Haz la prueba, cuando sientas que las tropelías del vampiro energético van a pasarte factura, cierra los ojos, visualiza tu escritorio emocional, deléitate con los posits de buena vibra, revisa la carpeta de lo que verdaderamente importa y busca el cajón del olvido, ábrelo y méte ahí todo lo que no tiene valor y pretende restarte el tuyo... En serio, de nada sirve que tú actives el "modo capullo", deja que cada cual se quede con lo suyo, y más tarde comprobarás como esto pondrás histérico al vampiro emocional y se termina por ahogar en su propio zurullo mental...