Ayer daba vergüenza poner la tele o escuchar la radio. No hablo ya de cómo estaban las redes sociales, que daban asquito. ¿Tan mal tratamos a las mujeres en general en nuestro país para que hayamos llegado a la politización total y vergonzosa de la mujer y sus derechos? Escuché decir ayer a la feminista Tasia Aránguez, que una niña nacida en España tiene que tener los mismos derechos que un niño. ¿Es que no es así, acaso? Lo de ayer fue un auténtico circo, con manifestaciones enfrentadas y pancartas absurdas algunas de ellas. Celebrábamos el Día de la Mujer Trabajadora, aunque ya sea solo el Día de la Mujer, o sea, de la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como ser humano. No creo que estén tan mal las mujeres en España como para montar este circo en la calle. La ministra de Igualdad no fue capaz de contestar cuando una joven le preguntó en un acto, qué era una mujer, según ella. Le está haciendo un gran daño al feminismo tradicional y lo peor es que lo hace desde el Gobierno, claramente con la intención de llevarse los votos del feminismo o de las mujeres en general. Esto es una guerra de Unidas Podemos y el Partido Socialista, una pelea por ver quién se lleva el botín de los votos. No conozco a ninguna feminista medianamente sensata que esté de acuerdo con esta ministra, la autora de una ley canalla y totalmente fallida, como es la del “solo sí es sí”, por lo que todavía no ha pedido disculpas. Esta enchufada de Pablo Iglesias divide a las mujeres y al propio feminismo, crea mal rollo y mete cizaña cada día entre el hombre y la mujer. Es un desastre y cuesta entender que siga aún en un ministerio que es como su cortijo. ¿Está la mujer ahora mejor que antes de que llegara al Ministerio de Igualdad Irene Montero? Ni de locos. No somos un país tan bananero a este respecto como para que haya que montar este circo cada año, aunque ya es cada día. ¿Por qué no habla de cómo están las mujeres en los países de América Latina, algunos gobernados por comunistas?