Los medios y los días

El compromiso y la estupidez

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11 ago 2020 / 04:15 h - Actualizado: 11 ago 2020 / 04:15 h.
"Los medios y los días"
  • José Sacristán
    José Sacristán

Ha tenido especial eco la intervención de José Sacristán en TV con sus comentarios sobre Pablo Iglesias y la monarquía. No la vi porque para mí la TV es ya una serie de canales casi todos ellos útiles sólo para hacer zapping y distraerse un poco o dormirse tras una jornada de estudio, reflexión y lectura continua de medios escritos. Después de tantos años viendo y analizando mensajes comunicacionales observo que se llevan a cabo variaciones sobre un mismo tema y popularización barata de canales que fueron serios como Odisea o Canal Historia. Además, todo lo que quiera ver aparece en Internet más tarde o más temprano.

Eso sí, parece que me pierdo lo que largan las redes sociales por no usarlas y la verdad es que cuando leo lo que dicen a través de otros o de mensajes que me envían por el móvil me alegro de no utilizarlas porque con la cantidad de pamplinas que se lanzan no voy a llegar yo con las mías a engordar la bola de nieve de la vanidad.

En España hay muy pocos librepensadores que sean realmente conocidos entre el gran público, yo siempre destaco a tres: José Sacristán, José Luis Garci y Arturo Pérez Reverte porque los otros que me gustaban se nos han muerto: Fernando Fernán Gómez, José Luis Sampedro, Gonzalo Puente Ojea y Julio Anguita. Sacristán, Garci y Pérez Reverte tienen algo en común: no se han vendido a nadie y tienen la vida resuelta, yo los comprendo perfectamente porque responden a eso tan conocido que se le atribuye a Einstein: “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”. El físico -que es tan conocido no sólo por su genialidad sino porque estaba de parte de Occidente- se detuvo bastante en esto de la estupidez porque también afirmó, entre otras cuestiones: “Todo el mundo tiene que sacrificarse de vez en cuando en el altar de la estupidez”. De modo que la estupidez vuelve a estar de moda, lamentablemente, porque ha saltado a la actualidad de las minorías aquella teoría de la estupidez que escribió el historiador italiano Carlo Cipolla.

Hubo un tiempo en el que muchos creadores y artistas se comprometieron públicamente y declararon su fe comunista o al menos antifranquista: Lola Gaos, Tina Sainz, el propio Sacristán, Juan Antonio Bardem, María Casanova, José Luis Garci, Emma Cohen, en el cine. Miguel Ríos, Víctor Manuel, Ana Belén, Serrat, en el mundo de la música (Sabina llegó después y además me da la impresión de que actúa por impulsos). José Menese, Manuel Gerena, Calixto Sánchez, en el flamenco. Alberti, García Montero, Javier Egea y la Generación del 50 en poesía. Y en el mundo pictórico nuestros tres pacos sevillanos o asentados en Sevilla: Paco Cuadrado, Paco Cortijo y Paco Maireles.

Esto fue en el tardofranquismo y la Transición. Después ya llegó el sol que más calienta, que era el PSOE, y se arrimaron algunos a sus ascuas y a las de su vocero el grupo Prisa y además el dúo PSOE-PRISA creó a sus propios “intelectuales”.

En toda esta movida han quedado -aún vivos y dando lata- tres voces libres y famosas que son los citados más Joan Manuel Serrat que siempre ha guardado una coherencia socialista, desde la clandestinidad. Lo que yo creo que les ha ocurrido a muchos -conocidos o no- es que se han dado cuenta de los errores de la izquierda y de cómo de pronto ha llegado un relevo generacional a destiempo, sin desempeñar demasiados méritos para arribar a puestos tan altos. Esa inexperiencia y sus lógicas contradicciones ha inundado España y otros países. Entre las contradicciones está confundir la izquierda con la estupidez, la caridad y el enfoque dual viejos-jóvenes, hombre-mujer, facha-progresista, es decir, todo lo contrario a lo que exige el rigor de la ciencia política, histórica y comunicacional. Y ahí está uno de los núcleos del problema español de hoy.