Pasa la vida

El daño a los niños por regalarles un móvil demasiado pronto

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
26 may 2022 / 05:02 h - Actualizado: 26 may 2022 / 04:02 h.
"Pasa la vida"
  • El daño a los niños por regalarles un móvil demasiado pronto

Los familiares que le regalaron un móvil a ese niño de 13 años de edad lo hicieron con la mejor de las intenciones. Con similar motivación también sucedió en el hogar de su amigo de clase. Es la moda. Regalar 'smartphones' a edades cada vez más prematuras. Afortunadamente, no fue irreparable el resultado del juego que decidieron practicar en el patio del colegio. Uno a estrangular y el otro a ser estrangulado. Estaban emulando una maniobra de los adultos que practican el Jiu Jitsu brasileño, una variante de las artes marciales de lucha, que ha dado pie a un reto difundido sobre todo a través de la red social Tik Tok para emular el 'mataleón' o 'juego de la muerte' y provocar la pérdida de conocimiento al impedir mediante estrangulamiento que le llegue oxígeno al cerebro.

Seguro que también hace tiempo adoptaron con espíritu ilusionante ese criterio para comprarlos como regalo las familias de los cinco chicos menores de edad, ahora entre 15 y 17 años, detenidos por violar a dos niñas de 12 años, también en posesión de teléfonos móviles. No me cabe duda que los padres, abuelos y tíos de ellos o de ellas se los regalaron para verles felices y en un contexto social que propende a complacerles con el aparato que ya tiene mucha chavalería en su bolsillo. Cómo iban a suponer que ellos y ellas iban a conocerse a través de la red social Instagram, y concertar una quedada en una casa abandonada situada en otro pueblo.

Antes, ahora y siempre, en la infancia y en la adolescencia hay que ir vertebrando la personalidad en la relación con uno mismo y con los demás, descubriendo en qué consiste el uso de la fuerza, entendiendo la pulsión por experimentar lo prohibido, aprendiendo a valorar qué normas y qué límites tiene más fundamento respetar, distinguiendo qué es libertad y qué es libertinaje, qué es permisible y qué es intolerable. Antes, ahora y siempre, hubo, hay y habrá algunos menores que cometan pequeñas gamberradas o grandes insensateces. La gran diferencia que va a marcar muy negativamente esta época es que la mayoría de la sociedad adulta, por inconsciencia y por inercia, ha tomado la decisión de distorsionar el proceso natural de capacitación mental, desarrollo emocional y sociabilidad de los niños y niñas poniendo demasiado pronto en el centro de sus vidas, especialmente influenciables a determinadas edades de infancia y adolescencia, un dispositivo digital que es en sí mismo un mundo tan impactante y una dinámica tan adictiva que desborda cualquier incipiente capacidad de discernimiento, análisis y autocontrol.

Es tan descabellada la velocidad a la que está descendiendo en España (mucho más neciamente que en otros países europeos) el promedio de edad en el que los niños y niñas reciben su primer 'smartphone', que el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, en su último informe, estima que en 2022 ya lo tienen el 50% de los que cumplen 10 años. Me temo que su cálculo va bien encaminado, porque actualmente ya está en manos del 65% de los que tienen 12 años, y del 96% de los que cuentan con 15 años de edad.

Una de las consecuencias más graves de esta ceguera colectiva: la pornografía audiovisual está copando masivamente el rol de referente sobre el sexo, y sobre las connotaciones de imposición y sometimiento entre dos personas dentro y fuera de las relaciones sexuales. Muchísimo más, y más precozmente, que en épocas pretéritas lastradas por la represión política y por la hipocresía moral. Este es el caldo de cultivo del alarmante número de episodios de violencia machista, asesinatos incluidos, protagonizados por jóvenes de muy corta mayoría de edad, que en apariencia se han educado en una sociedad con los valores de la igualdad y la tolerancia normalizados, y en un entorno menos retorcido y sometido a tabúes.

Con lo que le gusta a la gente compartir contenidos descubiertos en internet y qué poco se ha extendido el conocimiento en las familias españolas sobre lo que hacen en California los principales empresarios y profesionales de las innovaciones digitales que utilizamos y consumimos: sus hijos e hijas no tienen ni teléfonos móviles ni tabletas ni ordenadores hasta que llegan a los 14 años de edad. No disponen de ellos ni en casa ni en los colegios, porque son centros educativos donde hasta que no llegan a Secundaria no manejan nunca una pantalla digital. Ni tienen pizarras digitales ni libros digitales. Tanto los popes de Silicon Valley como los directivos de esos colegios tienen clarísimo que introducir demasiado pronto esos dispositivos equivale a taponar el desarrollo de las capacidades y de las personalidades.

Si no se lo cree, búsquelo en internet. Le ayudará a convencerse de que lo mejor que puede hacer por sus hijos, sobrinos y nietos es decirles 'No' cuando le pidan que les compre un 'smartphone'. Aguante la presión, el pataleo y el chantaje emocional. Ese 'No' incómodo de hoy es un 'Sí' al bienestar futuro de sus seres queridos.