El espíritu de Montmartre en tiempos de Toulouse Lautrec (III)

Image
14 ago 2020 / 07:35 h - Actualizado: 14 ago 2020 / 07:38 h.
  • El espíritu de Montmartre en tiempos de Toulouse Lautrec (III)

Concluimos hoy lamentablemente los comentarios que le hemos dedicado al que fuera por más de 30 años (de 1880 a 1914), el centro neurálgico del arte (las gráficas, fotográficas, literarias, escénicas y musicales ligeras), dentro de ese espíritu que pone de manifiesto el título de la exposición y la exposición misma (hasta el 25 de octubre en CAIXAFORUM de Sevilla), y que es el mismo que traspasó las fronteras de un lugar y un tiempo determinado para trascender hasta nosotros, pudiéndose afirmar como tantas veces se ha dicho, que hasta entonces el arte era una cosa (seria) y a partir de ellos, otra (divertida).

Como siempre hago, nombraré a todos porque aunque los que más me gustan son STEINLEIN, IBELS, RIVIÉRE, CHÉRET, WILLETTE y por supuesto TOULOUSE LAUTREC, no me parecería justo ignorar a los menos conocidos, muchos de los cuales dejaron obras maestras que hacen pensar en cómo pudieron hacerlo sin tintas reflectantes, sin los medios digitales y sin tanta evolución (o no tanta) como la que se ha producido hasta ahora.

Me disculparán porque son muchos (algunos con varias piezas) entre los que será difícil escoger ciertamente una. Y bien, estos son los protagonistas de la Revolución Artística Copernicana, uno de los periodos más fértiles tal vez por la unión entre todos, además de los mencionados y siguiendo el orden de las “ilustraciones” del Catálogo:

SIGNAC, KUPKA, BOTTINI, TIRET BOGNET, ANTONIO DE LA GÁNDARA, MANET, LEMOT, GRAY, ALLAIS, BATAILLE (SAPECK), LANOS, VAN DRIN, LORIN, COHL, DILLON, GRAY, PILLE, TINAYRE, AURIOL, USZÉS, FAU, G. REDON, CARAN D´ACHE, LÉANDRE, GUIBERT, ANQUETIN, HERMANN-PAUL, PELEZ, VEBER, GUILLOUX, LACOSTE, VIDAL, FORNEROD, DETHOMAS, DELÂTRE, ROEDEL, GRASSET, GRÜN, BAC, MOREL-RITZ, BONNARD, GÉRARDIN, ROCHEGROSSE, DE FEURE, TARDIEU, VILLON, GYRIANN, LEANDRE, TRUCHET, VAN GOGH, BOTTINI, LEGRANDE, MAURIN, VALTAT, FORAIN, BAC, GUITRY, CARABIN, ROCHE, SOMM, SIGNAC, JARRY, DEVAMBEZ, CLEMENT, VUILLARD, VALTAT, FAVEROT, JOSSOT, LEAL DE LA CÁMARA, MARTIN, DELÂTRE, DE FEURE, DE LA GÁNDARA, GUIJOUX, DENIS, CHARPENTIER, JOSSOT, VALLOTON, CAZALS, ROUAULT, SUZANNE VALADON, HEIDBRINK, KUPKA, PICASSO, DUCHAMPS, RASTY, ROUBILLE, y los catalanes: GENER, CASAS, M. UTRILLO, YNGLADA, GOSÉ, ROIG, etc., etc., etc.

Como se ha visto, hubo autores que gozaron de mayor fortuna mientras que otros, no serían tan conocidos si PHILLIP DENNIS CATE no hubiese revisado ni recopilado (casi) todas las publicaciones por los más variopintos lugares. Otro atractivo de la muestra, por el descubrimiento que ha supuesto conocer a algunos geniales intérpretes.

Como puede leerse, a las gráficas se “apuntaron” bastantes pintores consagrados o por consagrar después gracias a sus geniales creaciones como VAN GOGH, DUCHAMPS, PICASSO,...

Un estudio más amplio del que puedo hacer ahora, contemplaría las obras monócromas, bícromas, polícromas, los originales a tinta, grafito, pasteles, las grisallas, el estudio de la iluminación en las expresiones, la representación del movimiento vertiginoso del can-cán, los primeros, segundos y últimos planos, el cómo lo que les importa es la insinuación, el instante, la expresión fisionómica y su dificultad de plasmarla con respecto al parecido con los modelos en acción, cortando a sangre lo que para ellos no era significativo, la invención personal de una caligrafía afín, la integración texto-imagen, ...

La importancia que tiene este periodo y por eso mismo la que tiene la Exposición, es por todo esto, por el giro que se produjo además de manera colectiva.

La alegría de vivir, frente a los rígidos esquemas de la tradición historicista e histórica, pues bastantes de los movimientos que se desarrollaron a partir de ahí, y cuyas estribaciones podemos encontrarlas en el modernismo y el simbolismo, llegaron a alcanzar hasta los neoimpresionismos, surrealismos, dadá, expresionismos (cromático y gestual), el conceptual y la abstracción, adelantándose en algunos casos bastantes años, como el ejemplo de EUGENE BATAILLE (SAPECK), cuando transforma la imagen de la Gioconda en una fumadora de pipa, que luego versionará DUCHAMPS y tantos otros hasta hoy.

Fumistas, incoherentes, hydropathes, nabis, fauvistas, los precedentes del cine, músicos casi minimalistas, las vedettes, los editores, tipógrafos, impresores, autores y público en general, fueron los encargados de hacerlo con toda esta nueva serie de temas, estilos y técnicas, que llevaron a cabo en las colinas de un barrio que se convirtió en la capital artística del mundo, el epicentro del arte internacional tanto por la colonia artística extranjera instalada allí, como por la repercusión que tuvo al salir al extranjero ejemplares de lo que hacía unos “modernos” allí.

Nos movemos en unos terrenos que no son siempre tan rígidos y hay ilustradores que consideran su dibujo o ilustración como pieza única, con independencia de que después alguien la imprima. Y habrá autores, que se encarguen de reproducir sus obras o bien tengan la suerte de que estas se incluyan en rotativos, prensa periódica, revistas de arte y de cualquier género donde puedan mostrarse.

La ilustración puede funcionar perfectamente pues exenta, pero como su propio nombre indica, puede “ilustrar” los textos, las portadas de partituras, poemas, noticias, literatura,...o simplemente formando parte de las páginas donde se insertan.

En las tres décadas que componen la exposición del CAIXAFORUM, ya que se extiende desde el final de la Guerra Franco-prusiana hasta el inicio de la Primera Mundial, termina una tradición con cinco siglos de historia en occidente en lo que a la pintura al óleo respecta, y comienza otra que desbaratará todos los principios desde el Renacimiento hasta ellos. Nueva época que prevalece –o debería hacerlo- en unos tiempos tan oscuros como los actuales.

Un artista, podía dibujar e imprimir su cartel o ilustración, controlar todo el proceso, elegir las tintas, el formato y la tirada, o darlo a un profesional de los muchos que paralelamente fueron proliferando. El concepto de obra original y única, entre las Pruebas de Estado, las de autor y la novedad del diseño, es otra cosa que se pone en cuestión, porque se valorará indistintamente como única o seriada, dependiendo de otra serie de factores.

Lo cierto es que la deformidad, lo grotesco, a veces hasta lo sórdido, forman parte del humor, y que el parecido se hace gracias a la yuxtaposición de elementos que constituyen los rasgos fundamentales, que el encuadre no es necesario que sea centrado cuando por el contrario pueden cortarse las figuras para intensificar lo que se desea, los puntos de vista desde arroba o desde abajo, las diagonales y la geometría (invisbles), son algo que afectan a la ilustración, a esta y a toda la que ha venido después gracias a ellos.

No es tiempo aún de las mujeres en las artes visuales, pero la obra de la pintora trapecista SUZANNE VALADON, será fundamental en las que nacieron precisamente en esos años 80 y no sólo en Francia. Mujeres que se abrían paso en las artes cada vez más de forma independiente y decidida.

Por otra parte, me pregunto si es de aquí de cuando parte esa idea de que el artista debe ser por fuerza un bohemio. La bohemia es un concepto derivado del romanticismo y tuvo una de sus manifestaciones más destacadas, precisamente con la ópera “La Bohéme”, de PUCCINI, pero la atracción por la bohemia y lo que suscita en el imaginario colectivo, irá unida para siempre unida a “la Butte” y al barrio de Montmartre. Confieso cierta envidia por no haber vivido esa época locamente creativa y en cierto modo, cualquiera que conozca el barrio (aunque sea por internet), que se acerque a la exposición y haya tenido algo de esa rebeldía de la juventud, bien puede sentirse tan mortmartriano como yo, que amo esta época, ese estallido que tanto necesitamos ahora más que nunca.

No quiero despedirme de Montmartre donde he estado viviendo mientras recorría la exposición, sin recordar los tipos populares, el mundo de las calles y sus protagonistas legendarios como ARISTIDE BROUANT o JANE AVRIL,..., ni tampoco de los lugares donde se fraguó la “modernidad” que somos, como Le Chat Noir, Le Mirliton, Le Moulin de la Galette, el Quat´z´Arts, y tantos otros, pues tal vez no eran conscientes de que lo que hacían y publicitaban en los “falyers” que en principio efímeros, algún día no sólo se mostrarían en los Museos ni serían perseguidos por los coleccionistas, sino objetos de estudio, de revalorización y de otorgarle la importancia que seguirán teniendo para siempre aunque los paradigmas del arte cambien.

Se me quedan muchas cosas en las “planchas digitales” de este taller de agosto en Sevilla: la relación entre locales, publicaciones y artistas, los personajes de la vida nocturna interpretada por el cancán de OFFENBACH, la Gynmopedie de SATIE, el Ubú Roi, de JARRE, esa vida que quisiéramos para siempre en rosa.