Uno de los tramos más transitados del carril bici sevillano, que une Bermejales y Bellavista con Av Palmera a 100 metros del estadio Benito Villamarín y 20 dela intersección con calle Ifni, acumula desvaríos. La culpa es de un eucalipto que se descarta talar, aunque es una especie invasora y seca acuíferos. Sus raíces rompieron ya la acera y amenazan el asfalto recién compactado en la Nacional IVª desde el tramo que arranca en la Glorieta de Plus Ultra.
Cuando se construyó el carril bici, hace lustros, para salvar al eucalipto se bifurcó el trazado previsto. Las raíces hicieron de las suyas y rellenaron con asfalto las roturas del pavimento que siguen en su parte posterior. Unos contenedores, pues no había mejor lugar para ello, se ubicaron al lado del eucalipto y el carril bici; los vecinos con sus residuos deben percatarse que no hay ningún ciclista para evitar ser atropellados.
Desde hace días operarios municipales reconducirán el carril bici, pues el eucalipto sigue fuerte en su bastión, hacia el asfalta de la carretera nacional. Esa realidad adivina accidentes por estrecharse el tramo. El semáforo que lo antecede ya ha registrado a varios peatones atropellados por autos que no respetan la señalización.