Desvariando

El forraje es solo forraje

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
19 nov 2022 / 10:48 h - Actualizado: 19 nov 2022 / 10:49 h.
"Desvariando"
  • Alejandro Martínez Vélez - Europa Press
    Alejandro Martínez Vélez - Europa Press

Hay muchos motivos para que un tipo como Sánchez dejara de ser presidente del Gobierno de España, pero debería de ser duramente castigado por meter el forraje que ha metido en el Consejo de Ministros y en el Gobierno en general. Nunca hubo un nivel tan bajo en democracia, como el de ahora, y nunca hubo tampoco un periodismo tan descaradamente vendido. Ayer la ministra María Jesús Montero dijo que el CIS avala la buena marcha del Gobierno, y se quedó tan pancha. Dicen estupideces como ésta porque en realidad nos toman por tontos. Y porque hay politólogos vendidos al poder que lo justifican todo, sencillamente porque sacan tajada. La chapuza de la ministra Irene Montero, que es un desastre en general, es para que Sánchez ya la hubiera cesado, porque irse no se va a ir. Pero no la va a cesar porque el presidente tendría que empezar a hacer las maletas e irse con ella y con toda la banda que enchufó tan lamentable ministra, como esa que ha dicho que los jueces “necesitan formarse”, la acoplada Ángela Rodríguez. Atacan a los jueces y a los medios de comunicación, arremeten contra los empresarios e insultan a cualquier colectivo que no les aplauda o apruebe su política. Irene Montero debería de pedir disculpas, arreglar lo que haya que arreglar y procurar no volver a meter la pata. No se va a ir a casa porque sabe que sería el fin de su carrera política y aspira a ser presidenta de España con el apoyo del padre de sus hijos, que por defenderla ataca a quien haya que atacar. No acertarán quienes piensan que Unidas Podemos va a desaparecer en las próximas elecciones. Acabarán con Yolanda Díaz y si hiciera falta, con el propio Sánchez. El forraje que Pinocho metió en el Gobierno para ser presidente es un cáncer para la democracia. No son cuatro pijos metidos a políticos, como parecían, sino una banda bien organizada que trazó un plan bastante claro: acabar con la España constitucionalista y traer la República, un régimen bananero, cueste lo que cueste. Como saben que no podrán conseguir su objetivo en las urnas, la estrategia es el caos, la división de la sociedad, la debilidad de la democracia y el desprestigio de las instituciones fundamentales, como la Justicia, que no para de ser atacada no solo por esta banda de pijos bien entrenados sino por un sector de la prensa que se puso a su servicio sin pudor.