El Gobierno del PP no tiene quien le defienda en Andalucía

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08 abr 2017 / 23:04 h - Actualizado: 08 abr 2017 / 23:05 h.
  • El Gobierno del PP no tiene quien le defienda en Andalucía

Hasta el más duro de los dirigentes del PP no ha sido capaz de hacer una defensa cerrada del proyecto de presupuestos del Gobierno de Mariano Rajoy. Su escuálida previsión de inversiones, su cortedad en las distintas partidas contempladas para Andalucía ha sido tal que muy pocos, por no decir que nadie, se atrevió a dar la cara por unas cuentas que huelen a castigo, a arbitrariedad grosera con respecto a esta comunidad. Ni siquiera el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla ha dado la cara dejando tan honroso lugar para el delegado del Gobierno, Antonio Sanz, quien ha tenido la genial idea de restar importancia a la escasez presupuestaria por considerar que se refiere tan sólo a los próximos seis meses sin tener en consideración, precisamente, que, a pesar de esa limitación temporal, otros territorios como Canarias reciben una lluvia de millones por su apoyo a dichos presupuestos.

Verdaderamente resulta ser un difícil trago para los populares. Tanto que el portavoz del grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, ha tenido que pedir perdón a los almerienses ya que no se contemplan partidas significativas para dicha provincia. O sea, no se esforzó en retorcer la realidad y realizar una interpretación más o menos generosa sino que, directamente, no tiene más remedio que reconocer públicamente que no hay un euro para presentar proyectos concretos con los que salvar, por ejemplo, las graves carencias que tiene en materia de infraestructuras esa provincia. Dicho gesto le honra aunque claro, a renglón seguido, para compensar, arremete contra el Gobierno andaluz ya que cae en la cuenta de que, a pesar de todo, sí hay, en cambio, «millones de euros para sacar a los niños andaluces de los barracones» , dando así una imagen tercermundista de esta tierra aunque sepa a la perfección que falta a la verdad más absoluta dado que esta comunidad es la que menos alumnos tiene en aulas prefabricadas.

Los ha habido, incluso, algo más dignos cómo puede ser el caso del también diputado en el Congreso y alcalde de Algeciras, Juan Ignacio Landaluce, quien ha tenido la gallardía de admitir implícitamente el maltrato que recibe el Puerto de Algeciras y su enlace ferroviario que apenas registra inversión alguna. Se ha comprometido ante sus vecinos a tratar de enmendar los presupuestos durante su tramitación en la Cámara. Algo es algo ya que cualquier otro esfuerzo para vender ante la opinión pública dicha iniciativa gubernamental podría admitirse como intento burdo de reírse de la gente. Mejor así, asumiendo la realidad y anunciando su intención de mejorarla al menos. De todas formas, ya se sabía de antemano que Andalucía no iba a salir bien parada de este trance. Reiteradamente se incumple la obligación legal de fijar inversiones en razón a su peso poblacional, lo que ocurre es que lo de este año ha sido absolutamente excepcional en el desprecio y el trato recibido.

Habrá que esperar, por tanto, a una mejor ocasión. Tal vez, cuando sean los populares los que gobiernen en esta tierra que les resulta esquiva, por el momento. Claro que para llegar a ese punto, en el que Moreno se vea en San Telmo, lo mejor que podrían hacer es, justamente, darle argumentos para que pueda tener un discurso coherente sobre lo bien que lo hacen, no que ahora sólo se puede dedicar a hacerse fotos con el casco de obra visitando una fábrica, acompañado, eso sí, del mismísimo delegado gubernamental como si fuera todo un ministro, miembro de un gobierno que tan poco nos quiere a los andaluces.