Los cuatro artistas nominados al Grammy Latino del Mejor Álbum Flamenco 2021, son Pepe de Lucía, María Toledo, Paco Candela e Israel Fernández. Tres, con trabajos de Universal. Si un cantaor modesto hace un gran disco de flamenco de verdad nunca va a tener la posibilidad de que le concedan un premio como este. El flamenco tiene casi dos siglos de vida pública y aún no sabemos qué es y qué no lo es, ni creo que lo vayamos a saber nunca. Antonio Mairena dijo que “hoy se hace un paquete con un poco de todo y se le pone la etiqueta de flamenco”. Lo dijo hace medio siglo, pero es que un siglo antes lo decían también otros artistas o estudiosos, cuando Silverio hacía “flamenco” y el Nitri, “cante gitano”. Hasta un juicio hubo en Cádiz porque en un café cantante de la ciudad contrataron un cuadro gitano y les mandaron otra cosa, seguramente un cuadro malaje de gachés disfrazados. O sea, que si los mismos flamencos no tenemos claro qué lo es o qué no lo es, ya me dirán el señor Grammy. Por otro lado, un Grammy no da festivales. A Antonio Núñez El Chocolate le dieron uno en 2002, y murió tres años después con el mismo saldo en la cartilla de ahorros. Eso sí, el maestro gitano agradeció el premio y presumió de él a veces en tertulias peñeras de Sevilla. Ayer los nominados de este año presumían de ello en las redes sociales, que es donde viven los flamencos contemporáneos. ¿Sirven estas nominaciones para vender discos? Es probable, pero no para ser más flamencos o flamencas. En mi opinión estas nominaciones son un insulto a la música andaluza y un día habría que dar un puñetazo en la mesa, y decir basta. No solo por esto, sino por más cosas. Los grandes medios de comunicación españoles han perdido la vergüenza y llaman flamenco a cualquier cosa. A Rosalía la han nombrado Reina del cante, por ejemplo, aprovechando lo del volcán de La Palma, que nos tiene drogados. Kiki Morente es el nuevo Chacón y su hermana Soleá, la gran innovadora del quejío jondo del siglo XXI. O sea, una locura. Echa vino, montañés, que lo paga Luis de Vargas.