Los medios y los días

El hambre con las ganas de comer

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29 oct 2020 / 04:00 h - Actualizado: 29 oct 2020 / 04:00 h.
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  • La ministra de Hacienda, María Jesús Montero (i), junto a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, presenta el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2021. EFE/ Emilio Naranjo
    La ministra de Hacienda, María Jesús Montero (i), junto a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, presenta el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2021. EFE/ Emilio Naranjo

Como por desgracia es obligatorio seguir hablando de pandemia, hay que decir que en España se ha juntado el hambre con las ganas de comer, esto es, un gobierno de mentalidad débil, modelado por la posmodernidad más ilusa, con un buen segmento de un pueblo español irresponsable, más una oposición de derecha conservadora neoliberal que en ese neo ha perdido el resto del concepto: liberal. Porque el neoliberalismo no es el liberalismo, el neoliberalismo es la dictadura totalitaria del mercado. A ella pretende enfrentarse un gobierno a base de regresar a posiciones socialdemócratas de izquierda, es a lo más que se puede llegar en la UE y a ver si lo permite porque, si a alguien se le ha olvidado, ni España ni Cataluña ni Euskadi existen, existe Europa, mientras estemos en la UE existe Europa con las diferencias de siempre entre unas zonas y otras, dividida entre los conversos desde el comunismo al capitalismo, los protestantes y los católicos, por echar mano de una división cultural simple.

El gobierno lleva en sí mismo la debilidad cuando menos se necesita. Estos gobernantes se han criado en la cultura de cogérsela con papel de fumar, son seminaristas con aspectos de duros, pero no aguantan ni una bofetada, eso se ve en las políticas educativas, en la defensa de la dignidad de España y en las políticas migratorias, por ejemplo. En lo que se refiere a la universidad, el agringado ministro Manuel Castells, en nombre del comunismo de Podemos sigue entregando el funcionamiento investigador de la universidad y la elección de sus profesores a los criterios del monopolio del conocimiento que marcan desde Estados Unidos con el agravante de que no se aplican allí con la ortodoxia que se utilizan aquí porque ya se sabe que somos más papistas que el papa y que a la generación a la que pertenece este gobierno no la ha educado el pensamiento crítico europeo sino la industria audiovisual y tecnológica norteamericana, por eso es muy complicado que España sea un país realmente de izquierdas.

Con todo, me gustaría que se le diera una oportunidad a esta huida hacia adelante que son los llamados presupuestos expansivos. Se escandaliza Vox porque nos vayamos a endeudar tanto cuando Vox ama a Trump a quien le encanta endeudarse hasta el punto de que EEUU no ha estado tan endeudado nunca en su historia como ahora y saldrá adelante, ya verán cómo sale adelante porque le ayudarán sus fieles lacayos como Vox y otras fuerzas menos radicales que Vox, un partido que se queja de falta de libertad porque se aplica un toque de queda. Esto es paradójico, un partido que simpatiza con Franco se queja de falta de libertad y Podemos habla de democracia -burguesa- cuando ese tipo de democracia jamás le interesó al comunismo.

La pandemia ya no es un mal ni una desgracia, es una catástrofe que aún no ha llegado a su punto culminante, es un gran mal y a los grandes males hay que aplicarles grandes remedios, si todo es cuestión de horarios y de personas díscolas se debería acometer un gran cambio de horarios en el mundo laboral y social en general -un cambio de costumbres para que no mueran la hostelería ni otros negocios- y una aceleración del teletrabajo mientras que se reprime sin piedad a las manzanas podridas que pueden terminar por contaminar a todo el cesto. Sin embargo, adaptar todo al hecho de que hasta que no baje el nivel de contagio y de muertos tenemos que ser formalitos con los horarios, es asunto de un gobierno de titanes y el que tenemos llega en este aspecto poco más allá de un nivel pitufo. Un giro radical es imprescindible, téngase en cuenta que las vacunas van a tardar en llegar y cuando lleguen ya veremos qué efecto hace un medicamento elaborado contra reloj, con la codicia y los intereses políticos por medio.