El jardín estaba alejado del tumulto de la vida pública ciudadana y cercano al silencio de la campiña, aquel silencio y que nada aportaba a los anteriores filósofos clásicos, pero que, para él, se transforma en algo muy importante para la nueva sensibilidad helenística. De aquí proviene el nombre de Jardín, con que fue llamada su escuela.
Los “filósofos del Jardín” son los epicúreos. Para ellos:
1) Al hombre no le hacen falta, la ciudad, ni ninguna otra cosa. El hombre puede ser autosuficiente.
2) En ello está la felicidad del hombre.
3)La felicidad es carencia de dolor y de perturbación. Tranquilidad.
4) Para conseguir la felicidad y la paz, el hombre, sólo tiene necesidad de sí mismo.
5) La realidad es algo que se puede conocer por la inteligencia del hombre;
“De todas las cosas que procura la sabiduría, con vistas a la vida feliz, el bien más grande consiste en la adquisición de la amistad”; “La amistad recorre la tierra anunciando a todos que nos despertemos con objeto de darnos alegrías unos a otros”.
“Maudie, el color de la vida” en una gran película, con Ethan Hawke, Maud Dowley(pintora canadiense) (Sally Hawkins ,la actriz) es una mujer alegre de Nueva Escocia que sueña con independizarse de su protectora familia.
Sufrió artritis reumatoide severísima desde su juventud. Estaba impedida. En 1935, murió su padre y dos años después, en 1937, falleció su madre. Como era habitual en la época, su hermano heredó la vivienda familiar. La engañaron para arrebatarle a su hija. Vivió con un pescador más que huraño, sin luz ni agua corriente. Se puede decir que era feliz. Le bastaba pintar.
Los hombres del tiempo de Epicuro, carecían todo aquello que había otorgado una vida segura a los antiguos griegos y que estaban angustiados por el temor y por la ansiedad de vivir. (El mito de Sísifo de que tratará Camús) Epicuro les señala un nuevo camino para buscar la felicidad. Les da una doctrina que representa un desafío a la suerte y a la fatalidad, porque mostraba que la felicidad puede provenir de nuestro interior, sean como fueren las cosas externas a nosotros, porque el bien verdadero, es la misma vida que vivimos y mientras dure, estará siempre y exclusivamente en nosotros. El auténtico bien es la vida, para mantener la vida basta con muy poco y este poco se halla a disposición de todos, de cada hombre. Todo el resto es superflua vanidad.
La sabiduría consiste en integrar la afectividad inteligente de forma que pueda motivar el movimiento de la razón, universalizando el respeto al otro y de la solidaridad humana.
Todos los tiempos y más los actuales necesitan personas personas que sean “en el buen sentido de la palabra, buenos”,y que crean en los Reyes Magos.